Londres, 20 mar (EFE).- Las principales empresas gasistas y petroleras aún están lejos de cumplir los objetivos medioambientales del Acuerdo de París, que pretende, entre otras propuestas, limitar el aumento medio de la temperatura global a 1,5 °C, según el informe 'Paris Maligned II' publicado este miércoles.
De acuerdo con el estudio del laboratorio de ideas financiero Carbon Tracker, dirigido a profesionales del ámbito de la inversión, ninguna de las 25 mayores empresas de estos sectores de combustibles fósiles cumple las metas acordadas hace casi una década, en 2015.
De ellas, 16 obtienen un 0 sobre 4 como calificación en cumplimiento de objetivos de reducción de las emisiones de las que son responsables.
Aunque el informe no da a ninguna de ellas una de las tres mejores calificaciones, reconoce que algunas compañías están más cerca que otras de alcanzar las metas del Acuerdo de París, como la británica BP (LON:BP), que logra una D en una escala de la A a la H, gracias a que pretende recortar su producción en 2030, como se señala en el estudio.
En un segundo escalón se encuentra, entre otras, la española Repsol (BME:REP), que cuenta con una nota de E por tener la intención de mantener plana su producción.
El resto de empresas reciben notas inferiores, con la única H —la peor calificación posible— de las 25 empresas para la estadounidense ConocoPhillips (NYSE:COP), en última posición, por detrás de compañías como ExxonMobil (NYSE:XOM), Petrobras (NYSE:PBR), Saudi Aramco (TADAWUL:2222) o Pioneer (TYO:6773), también en los puestos más bajos de la lista, con una G.
La analista de petróleo y gas natural y autora del informe, Maeve O'Connor, señaló que, en general, el mensaje que publicitan las compañías que reclaman "ser parte de la solución para acelerar la transición energética" se contradice con los hechos.
"Este análisis permite que inversores y accionistas dispongan de pruebas acerca de las que exigir responsabilidad a las empresas", consideró, según se recoge en la nota de prensa.
El Acuerdo de París estableció el objetivo límite de aumento medio de la temperatura global en un máximo de 2 °C respecto a los niveles preindustriales, con la aspiración de reducirla al 1,5 °C, lo que implica una disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero del 43 % para 2030.