Washington, 2 jun (EFE).- El presidente de la agencia de
calificación de riesgo Moody's, Raymond McDaniel, admitió hoy los
fallos de su sistema de análisis, que contribuyeron a la crisis
financiera al dar buenas evaluaciones a títulos hipotecarios de mala
calidad.
En una comparecencia ante la Comisión de Investigación sobre la
Crisis Financiera de Estados Unidos, creada por el Gobierno y el
Congreso, McDaniel confesó que el nivel de precisión de las
evaluaciones de la compañía "ha sido profundamente desalentador".
"Moody's ciertamente no está satisfecho", afirmó McDaniel en un
testimonio por escrito que presentó a la Comisión, la cual realizó
su audiencia en Nueva York.
En la audiencia, ex analistas de la compañía dijeron haber sido
presionados por la gerencia para mejorar la evaluación de ciertos
productos financieros en beneficio de sus emisores, que son los que
pagan por los servicios de Moody's.
Moody's, Standard & Poor's y Fitch, las principales agencias de
calificación de riesgo del mundo, asignaron evaluaciones de alta
calidad a títulos inmobiliarios que resultaron contener hipotecas
"sub-prime", otorgadas a personas con un mal historial de crédito.
Cuando la burbuja de la construcción reventó en Estados Unidos,
la morosidad se disparó en esos títulos, lo que extendió la crisis
al sistema financiero, al causar grandes pérdidas a sus compradores.
Warren Buffett, presidente de Berkshire Hathaway y el mayor
accionista de Moody's, dijo en la audiencia que los modelos usados
por las agencias de crédito no tenían en cuenta la posibilidad de un
hundimiento inmobiliario en todo Estados Unidos, sino sólo en
ciertas regiones.
"Deberían haber reconocido que se trataba de una burbuja
gigantesca", dijo Buffett, quien admitió que él mismo no se percató
del tamaño del problema antes de que explotara.
"La subida de los precios es un narcótico", añadió Buffett, que
sólo compareció ante la Comisión tras recibir una citación judicial.
McDaniel confesó que para Moody's la magnitud de la crisis "ha
sido inimaginable".
En la audiencia, ex empleados de la compañía denunciaron que se
amoldó a los intereses de los bancos que emitían los títulos que
Moody's evaluaba, en lugar de hacer un análisis independiente.
Eric Kolchinsky, ex director del departamento de derivados, dijo
que al contrario que lo ha dicho Moody's, la empresa accedía a
retirar a ciertos analistas de un contrato a petición de los bancos.
"Mientras que nunca ha habido una directiva explícita de bajar
los estándares de crédito, cada negocio perdido tenía que ser
explicado y defendido", afirmó Kolchinsky en el testimonio que
presentó por escrito a la Comisión.
Por su parte, Mark Froeba, antiguo vicepresidente de derivados de
Moody's, acusó a los directivos de la compañía de premiar con
bonificaciones y ascensos a los analistas que cooperaban con la
banca y castigar a los que no.
"Usaron intimidación para crear un grupo de analistas dóciles con
miedo a enfadar a los bancos de inversión y listos para cooperar en
la mayor medida posible", dijo Froeba.
McDaniel afirmó que la compañía ha investigado esas alegaciones y
su conclusión es que "no tienen ninguna base".
El jefe de Moody's dijo que los analistas continúan manteniendo
contacto con los emisores de los títulos que evalúan, pero explicó
que esa comunicación es importante para ayudarles a entender la
estructura financiera y la estrategia de esos clientes.
El presidente de la Comisión, Phil Angelides, destacó, por su
parte, que los ingresos de Moody's por sus evaluaciones de
instrumentos financieros complejos se multiplicaron por cinco en la
década anterior al estallido de la crisis.
"A Moody's le fue muy bien. A los inversores que confiaron en las
evaluaciones de Moody's no les fue tan bien", dijo Angelines.
La compañía dio su máxima nota, triple A, a más de 9.000 títulos
inmobiliarios en 2006, más de un 80 por ciento de los cuales fueron
rebajados de nivel con la crisis.
En comparación, actualmente la compañía sólo asigna esa
evaluación a cuatro compañías estadounidenses, según Angelines, y ni
siquiera se la ha dado a la empresa de Buffett. EFE