Igor G. Barbero
Islamabad, 2 sep (EFE).- Las peores inundaciones de la historia
en Pakistán, que desde finales de julio han causado unas pérdidas
equiparables al 24% de su PIB, amenazan con lastrar durante años el
crecimiento económico de un país muy dependiente de la ayuda
exterior.
El primer ministro paquistaní, Yusuf Razá Guilani, calculó este
miércoles, durante una reunión de su Gabinete para abordar la
crisis, que las devastadoras aguas han ocasionado pérdidas por valor
de al menos 43.000 millones de dólares.
Aunque una evaluación detallada de los daños de cara a diseñar
los planes de reconstrucción no estará preparada hasta octubre por
el Banco Mundial y el Banco Asiático de Desarrollo, el primer
ministro sostuvo que el crecimiento se verá ralentizado y la
inflación se disparará, dada la escasez de productos alimentarios.
Según Guilani, el alza de los precios llegará en los próximos
meses hasta el 20%, a pesar de que un año y medio de medidas
estrictas para controlarla bajo un programa del Fondo Monetario
Internacional (FMI) la había dejado en el 11,5% y el objetivo para
este curso fiscal estaba por debajo de los dos dígitos.
Asimismo, el crecimiento de la economía del país asiático, ya
renqueante en los últimos tres años, se verá frenado y para el
periodo 2010-2011 se situará en un magro 2,5%%, dos puntos menos de
lo esperado, y lejos del productivo lustro previo a 2008, en el que
el PIB aumentó siempre por encima del 5%.
"Los pronósticos son realistas. Ahora es esencial ponerse a
rehabilitar infraestructuras. Para volver a la senda del crecimiento
alto queda un largo camino, al menos dos o tres años, y será
complicado a menos que la comunidad internacional se implique", dijo
a Efe el analista económico y ex ministro de Comercio Mohamed
Zubeir.
En los últimos años, la potencia nuclear paquistaní, considerada
un aliado clave en la guerra contra el terrorismo y el extremismo y
en la estabilización de Afganistán, se ha ido haciendo cada vez más
dependiente de la ayuda externa para reflotar su economía.
Al calor de cálculos gubernamentales que estiman en más de 40.000
millones de dólares las pérdidas económicas desde 2001 en el marco
de la lucha antiterrorista, las arcas del Estado surasiático han
recibido numerosas donaciones y créditos de potencias extranjeras y
organismos multilaterales.
A finales de 2008, el FMI concedió un crédito de más de 11.000
millones; el Gobierno creó la plataforma de apoyo político Amigos de
Pakistán, cuyos integrantes prometieron 5.200 millones en primavera
de 2009, y, también ese año, EEUU aprobó la entrega de 1.500
millones anuales durante cinco años para proyectos civiles.
"Obviamente depender de la ayuda exterior es muy negativo, pero
esta situación es excepcional. Nos acercamos a la anarquía", subrayó
el analista Zubeir, quien recordó que más de un millón de viviendas
han sufrido daños, así como un millar de puentes y unos 4.000
kilómetros de carreteras.
Las inundaciones han anegado la quinta parte del territorio,
desde el montañoso norte al mar Arábigo, pasando por las llanuras
del centro y sin evitar a ninguna provincia o región; han afectado a
unos 18 millones de personas, en torno al 10% de la población total.
"Se avecina un escenario de gran inestabilidad política. El
cinturón agrario e industrial (ubicado en la provincia oriental de
Punjab) ha salido muy mal parado. Cualquier desarrollo que hayamos
conseguido en 63 años se ha fulminado en un mes", dijo a Efe Shahim
A. Shamzi, presidente de la Cámara de Comercio de Karachi (sur),
capital financiera del país.
Shamzi agregó que parte de una generación de jóvenes se verán
privados de acceso a la educación, aflorarán numerosos problemas
sociales y surgirán litigios sobre tierras, pues el curso del río
Indo ha cambiado con las violentas lluvias monzónicas.
Entre las medidas para salir del pozo, las autoridades políticas,
criticadas por su mala gestión de la crisis, barajan aplicar a la
ciudadanía un impuesto especial a la importación de productos y otro
por inundaciones, estimado en el 10%, algo que ha hecho que muchos
pongan el grito en el cielo.
"Las primeras informaciones sugieren que el Gobierno se dispone a
empeorar el ya de por sí profundamente injusto sistema impositivo",
denunció hoy en un editorial el rotativo Dawn, el más influyente en
lengua inglesa.
El diario sostuvo que los ciudadanos con menos ingresos serán los
que lleven la carga, "en un país con diputados, empresarios y
comerciantes multimillonarios que apenas pagan impuestos". EFE