Por Pavel Polityuk y Gus Trompiz
KIEV/PARÍS, 23 nov (Reuters) - Los esfuerzos de Ucrania por reactivar las exportaciones marítimas desafiando el bloqueo militar ruso han dado un rayo de esperanza a un tambaleante sector agrícola en el que los productores deficitarios están abandonando algunas tierras en uno de los mayores cinturones cerealeros del mundo.
Sin un final a la vista de la guerra con Rusia, el acceso al mar Negro es fundamental si Ucrania quiere preservar una industria agrícola que era el cuarto proveedor mundial de grano antes del conflicto y que en términos de valor supuso la mitad de las exportaciones totales de Ucrania el año pasado.
Aunque las improvisadas rutas de exportación y la abundante oferta en otros lugares han controlado los precios récord de los alimentos en todo el mundo desde el año pasado, la presión sobre la agricultura ucraniana ha empeorado al fracasar un acuerdo de exportación respaldado por la ONU y al mostrarse los vecinos de la UE reticentes a los envíos por tierra.
La agricultura ha sufrido pérdidas de más de 25.000 millones de dólares desde el comienzo de la guerra, según estimaciones de la asociación ucraniana de operadores de cereales UGA.
Según datos del Ministerio de Agricultura, las exportaciones ucranianas de cereales en la temporada 2023/24, que comenzó en julio, son un 28% inferiores a las del año anterior.
La superficie sembrada de maíz, su principal producto de exportación, se ha reducido en una cuarta parte desde el inicio de la guerra y la siembra total podría sufrir un descenso de dos dígitos en 2024, según los productores, ya que las explotaciones agrícolas con problemas de liquidez dejan algunas tierras sin usar.
Un nuevo canal marítimo en el mar Negro puede ofrecer una tabla de salvación, como para la agotada industria siderúrgica ucraniana.
"El corredor marítimo es esencial para la supervivencia de la agricultura ucraniana", dijo Jean-François Lepy, responsable de comercio de cereales del grupo agroalimentario francés InVivo.
"Sin un corredor habrá un grave problema en 2024/2025", afirmó al margen de la conferencia Global Grain celebrada este mes en Ginebra.
El "corredor humanitario" establecido por el ejército ucraniano a finales de agosto no ha dejado de crecer y Kiev calcula que hasta ahora se han enviado más de tres millones de toneladas de grano.
Su futuro sigue empañado por los riesgos militares, con varios buques alcanzados por minas o misiles, pero los productores ucranianos están animados.
"Nos permite alcanzar el umbral de rentabilidad, porque antes de la apertura de los puertos casi todo el mundo tenía pérdidas", Dmitri Skornyakov, director general del operador agrícola HarvEast.
RUTAS DE EXPORTACIÓN
Los productores ucranianos ven margen para alcanzar entre 2 y 2,5 millones de toneladas de exportaciones mensuales de grano a través del corredor, lo que combinado con los volúmenes a través de rutas terrestres y el transbordo por el río Danubio podría devolver el comercio global a un ritmo anterior a la guerra de entre 5 y 6 millones de toneladas al mes.
Spike Brokers, que realiza un seguimiento de las exportaciones en Ucrania, dijo que del 1 al 17 de noviembre Ucrania exportó 404.000 toneladas de productos agrícolas a través del Danubio y 352.000 toneladas desde los puertos del mar Negro. Otras 943.000 toneladas deberían salir de los puertos del mar Negro y 464.000 del Danubio a finales de mes.
"La situación en los próximos meses será mejor que en septiembre y octubre, ya que empiezan a llegar grandes buques y crece el número de compañías de seguros que aseguran los riesgos", dijo Denys Marchuk, subdirector del Consejo Agrario, el mayor grupo agroindustrial de Ucrania.
Algunos en el mercado se muestran cautelosos dada la todavía peligrosa situación de seguridad. Un ataque ruso con misiles contra la infraestructura portuaria de Odesa el 21 de noviembre se sumó a una serie de ataques contra los puertos ucranianos de cereales del mar Negro y el río Danubio.
A pesar de la ampliación del puerto rumano de Constanza, el comercio a través de la UE sigue viéndose afectado por cuellos de botella logísticos y tensiones con los vecinos de Kiev. Las protestas de camioneros polacos en la frontera han frenado las exportaciones de alimentos este mes.
EL DILEMA DE LA SIEMBRA
La nueva temporada de cultivo podría ser un punto de inflexión.
Según estimaciones del Ministerio de Agricultura ucraniano, la siembra de trigo de invierno se reducirá casi un 10% con respecto al año anterior, y el comienzo seco del otoño agravará los problemas de los agricultores.
Según Skornyakov, HarvEast tiene previsto dejar sin cultivar más del 10% de las 34.000 hectáreas que explota en la actualidad, sacrificando los campos menos fértiles considerados más generadores de pérdidas, y pronosticando una tendencia general del 10-20% de tierras sin plantar el año que viene, frente al 3-5% de este año.
Yuriy Stelmakh, agricultor del norte de Ucrania, dijo que su explotación sembró un 30% menos de superficie con cultivos de invierno por falta de fondos.
La industria agroalimentaria ucraniana intenta adaptarse. Los agricultores han plantado más semillas oleaginosas, como el girasol, que pueden ofrecer mejores márgenes, mientras que los altos precios mundiales del azúcar y el grano local barato para alimentar a las aves de corral han estimulado las exportaciones de esos productos.
Pero a medida que se prolonga la guerra, el sector se enfrenta a una falta de visibilidad, escasez de mano de obra y precios estructuralmente bajos, según Roman Gorobets, director de FE ASTRA en el centro de Ucrania.
El enorme excedente de trigo en Rusia y las cosechas récord de maíz y soja en Brasil han ayudado al mundo a adaptarse al parón de las exportaciones ucranianas. Sin embargo, el año que viene podría producirse una brecha comercial si las condiciones meteorológicas afectan a las cosechas brasileñas y el Kremlin interviene más en las exportaciones rusas.
Ucrania ha reducido drásticamente sus exportaciones de productos agrícolas a países asiáticos y africanos este año, según la asociación empresarial agrícola UCAB.
Egipto, principal importador, tiene varias fuentes de suministro de trigo, pero pocas alternativas a Ucrania para el maíz y el aceite vegetal, según Hesham Soliman, presidente de la empresa comercial egipcia Mediterranean Star.
Mucho depende de la temporada de siembra de primavera y de si los cultivadores ucranianos reducen aún más la producción de maíz, relativamente costoso.
"No creo que el mundo pueda permitirse que la agricultura ucraniana sufra. Los necesitamos, sobre todo en lo que respecta al maíz", afirmó Scott Wellcome, director de gestión de riesgos de cereales de GoodMills, la mayor molinería de Europa.
(Reporte de Pavel Polityuk en Kiev; reporte y escrito por Gus Trompiz en París; reporte adicional de Nigel Hunt en Londres; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)