Por Riham Alkousaa
BERLÍN, 19 ene (Reuters) - El partido de Los Verdes de Alemania puede capear la desaprobación de su base ecologista por su papel en la aprobación de la demolición de un pueblo para ampliar una mina de carbón si utiliza esa concesión para acelerar otras políticas climáticas, afirman activistas y analistas.
Dos ministros de Los Verdes encabezaron la decisión del Gobierno de demoler el pueblo de Luetzerath, en el oeste de Alemania, una medida que provocó enfrentamientos entre activistas y la policía en las protestas de la semana pasada. La activista sueca Greta Thunberg fue detenida brevemente.
El Gobierno, en el que los Verdes son socios de coalición, aceptó la ampliación de la mina de RWE (ETR:RWEG_p) a condición de que la empresa energética abandonara el carbón ocho años antes de lo previsto en el estado occidental de Renania del Norte-Westfalia.
Los Verdes consideraron estas condiciones como una victoria, aunque la medida indignó a muchos activistas medioambientales, sobre todo porque el carbón que se extrae es lignito, uno de los tipos más contaminantes.
"Siguen hablando del objetivo de 1,5 grados, cuando está claro que lo romperemos como muy tarde en 2030", dijo Jakob Beyer, del grupo climático Última Generación, refiriéndose al objetivo de impedir que el planeta se caliente más de 1,5 grados centígrados.
Otros partidarios de Los Verdes consideraron que se trataba de una medida pragmática, ya que Alemania necesita sustituir el menguante suministro de gas ruso en medio de la crisis ucraniana, pero señalaron que debería ir seguida de un mayor esfuerzo por parte de los socios de coalición para acelerar el cambio hacia las energías renovables e impulsar otras políticas climáticas.
"Mucha gente entiende que por ahora se haya dado prioridad a otras cosas, pero esta comprensión se agotará en algún momento", declaró a Reuters Sascha Mueller-Kraenner, director gerente nacional del grupo ecologista DUH.
Según Mueller-Kraenner, los Verdes tienen que garantizar una retirada más rápida del carbón para la generación de electricidad que la fecha límite acordada por el Gobierno de 2038, una exigencia a la que se resisten muchos estados del este de Alemania en medio de la crisis energética provocada por la guerra en Ucrania.
DIFICULTADES POR DELANTE
"Seguiremos luchando para garantizar que se aplica la protección del clima, ya sea en la cuestión de los acuerdos sobre el gas, la eliminación progresiva del carbón en el este de Alemania o el cambio en el transporte", declaró la legisladora de Los Verdes Lisa Badum.
El partido se evaluará según los elementos verdes de la agenda del Gobierno para garantizar que las energías renovables cubran el 80% de la producción eléctrica en 2030 y para sanear el transporte y la construcción, que incumplieron los objetivos anuales de emisión de gases de efecto invernadero en 2022.
Pero los analistas afirman que los Verdes se enfrentan a obstáculos burocráticos y a la resistencia de algunos Gobiernos regionales a la implantación de las energías renovables, y que todavía tienen que ganarse al socio menor de la coalición, el FDP, en algunas áreas de la agenda medioambiental.
(Reporte de Riham Alkousaa; Edición de Edmund Blair, editado en español por José Muñoz en la redacción de Gdansk)