Washington, 27 jun (EFE).- Un juez ordenó a Bernard Madoff,
acusado del mayor fraude financiero de la historia, que entregue a
las autoridades bienes por valor de 170.000 millones de dólares, que
serán vendidos para compensar a las víctimas.
Madoff se ha declarado culpable de once delitos y recibirá el
lunes su sentencia.
El fiscal, Lev Dassin, pidió al juez que le condene a 150 años de
cárcel para garantizar una pena perpetua y para que tenga "un efecto
disuasorio" para los que estén tentados en seguir sus pasos, según
declaró en un documento presentado el viernes por la noche en el
juzgado.
La defensa, en cambio, ha solicitado 12 años de prisión para
Madoff, que tiene 71 años.
También el viernes por la noche el juez Denny Chin ordenó a
Madoff que renuncie a los derechos de propiedad de bienes por valor
de 170.000 millones de dólares.
Según la fiscalía, ése es el volumen de dinero que pasó por sus
cuentas durante las décadas que presuntamente operó un gigantesco
fraude financiero.
Sus posesiones actuales valen menos que esa cantidad, pero en
todo caso la orden conlleva la renuncia a todas sus propiedades, que
serán vendidas para resarcir a las víctimas del entramado.
Como parte de un acuerdo con la fiscalía, su esposa, Ruth Madoff,
podrá quedarse con 2,5 millones de dólares.
La mujer, que mantiene que no sabía nada del fraude, había
reclamado 80 millones de dólares, la mayoría de los cuales son bonos
y cuentas bancarias que están a su nombre, pero ha renunciado a esa
demanda como parte del acuerdo judicial.
Ruth Madoff recibirá la cantidad acordada "una vez que salga del
inmueble (donde reside) y entregue todas sus propiedades
personales", según el pacto.
El lujoso ático de dos plantas de Manhattan donde aún vive la
mujer, cuyo valor estimado es unos 7,5 millones de dólares, será
vendido por orden del juez, junto con un inmueble en Montauk (Nueva
York) de 7 millones de dólares, otro en Palm Beach (Florida), de
7,45 millones, además de varios automóviles y barcos.
Madoff, un ex presidente del índice Nasdaq, fue arrestado en
diciembre, cuando se destapó el fraude, y se mantuvo en detención
domiciliaria hasta que ingresó en una cárcel de Manhattan desde
marzo.
El acusado ofrecía rentabilidades razonablemente altas, en torno
al 10%, en épocas de alzas del mercado, pero también durante las
caídas de la bolsa.
Pagaba a los inversores con los recursos que iban aportando otras
víctimas y aparentemente nunca colocó el dinero en la bolsa, sino
que lo dejó en simples cuentas bancarias.
Madoff ocasionó 13.000 millones de dólares en pérdidas, según una
estimativa "conservadora" adelantada por Dassin en el documento
presentado el viernes.
El propio acusado habló de una estafa de 50.000 millones de
dólares, aunque parece que en esa cantidad incluyó los intereses que
debía haber pagado a sus víctimas y no solo el capital inicial que
le entregaron. EFE