Berlín, 24 ago (.).- El ministro alemán de Economía y Protección del Clima, Robert Habeck, defendió hoy el impuesto del gas de 2,419 céntimos de euro por (kWh) que industria y hogares tendrán que pagar a partir de octubre y aseguró que cualquier alternativa habría sido peor.
"La tasa es un desafío y tampoco es un paso fácil, pero asegura el suministro de energía a hogares y empresas" y la carga se distribuye "de forma justa entre todos los consumidores de gas sobre el principio de la solidaridad", afirmó Habeck en una breve comparecencia ante la prensa.
Según el ministro, "la alternativa no habría sido no cobrar ninguna tasa, sino dejar solos a los clientes de las empresas directamente afectadas", de manera que algunos consumidores se verían sólo ligeramente afectados, mientras que para otros se dispararían los precios.
Por eso la decisión, tras muchas conversaciones con la industria y con asociaciones, ha sido la de "crear una solidaridad dentro del sector del gas", agregó Habeck, de los Verdes y con rango de vicecanciller en el gobierno de Olaf Scholz.
Si los proveedores de gas quebrasen, la consecuencia sería que ya no podrían abastecer a sus clientes y, en el caso de los hogares, éstos tendrían que firmar nuevos contratos con otras empresas al precio actual del gas, indicó.
"Y eso habría sido mucho más caro que el impuesto", afirmó.
En el caso de las empresas, si su proveedor de gas quebrase, podrían no conseguir ningún otro contrato y, en consecuencia, quedarse sin suministro, agregó.
En tanto, el bloque conservador anunció que quiere presentará una moción ante el Bundestag, la cámara baja del Parlamento alemán, para anular el correspondiente decreto.
"El impuesto del gas es un impuesto caótico. Está mal elaborado y encima, con este impuesto, los ciudadanos garantizan los beneficios de algunos consocios energéticos", dijo en declaraciones a "Spiegel" Jens Spahn, vicepresidente del grupo parlamentario conservador.
"Esto es redistribución de abajo arriba", criticó, y señaló que por eso el bloque formado por la Unión Cristianodemócrata (CDU) y la Unión Socialcristiana (CSU) bávara solicitará en septiembre la supresión de esta tasa y la someterá a votación.
No obstante, para anular la normativa, el bloque conservador necesitaría una mayoría de diputados que no tiene.
Pero en los últimos días, también representantes del tripartito entre socialdemócratas, verdes y liberales de la coalición de gobierno han criticado la tasa.
Así, el secretario general de los socialdemócratas, Kevin Kühnert, pidió al Ministerio de Economía que excluya legalmente a las empresas económicamente sólidas de la posibilidad de beneficiarse del impuesto del gas.
Esta tasa busca compensar a los importadores de gas por las elevadas pérdidas derivadas del aumento de los precios del gas y la pérdida de suministros de Rusia.