Por Laura Sánchez
Investing.com - La Comisión Europea pedirá a los países que reduzcan el uso de gas natural como parte de un plan más amplio que se presenta este miércoles para hacer frente al control de Putin sobre el suministro de gas en el Viejo Continente.
La idea es prepararse para el invierno sin la necesidad de depender únicamente del gas ruso.
Los analistas creen que este plan puede ser polémico y puede volver a mostrar diferencias entre los diferentes países europeos, ya que no todos tienen las mismas dependencias energéticas de Rusia. Por ejemplo, Alemania es uno de los mayores importadores de energía rusa, en comparación con España.
Sigue habiendo polémica con la reanudación mañana jueves del suministro a través del gasoducto Nord Stream 1, un punto de tránsito clave del gas ruso hacia Europa, que se cerró para realizar trabajos de mantenimiento. Algunos expertos no están convencidos de que los flujos se reinicien a plena capacidad.
La necesidad de poner en marcha este plan surgió cuando el gigante energético ruso Gazprom (MCX:GAZP) comunicó que no podía cumplir con los contratos de gas con el bloque europeo, lo que ha supuesto un gran dolor de cabeza para la UE, que depende en gran medida de la energía rusa.
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No obstante, Vlaimir Putin, el presidente ruso, ha anunciado que Gazprom reanudaría su actividad. Lo que no se sabia es si al mismo nivel. Putin ha advertido de que el gasoducto Nord Stream podría tener que reducir todavía más sus suministros a Europa cuando tenga que enviar a reparar otra turbina al extranjero y ha recalcado que aún no está claro si la turbina que fue enviada a Canadá por la empresa alemana Siemens -y cuya devolución a Alemania fue autorizada por el Gobierno canadiense como excepción a las sanciones occidentales impuestas a Rusia- llegará a tiempo al país.
Ante la posibilidad de nuevas amenazas de corte, la UE quiere protegerse frente al oligopolio rudo. Las capacidades de almacenamiento europeas siguen siendo insuficientes por el momento, y los gobiernos de los países europeos que dependen en gran medida del suministro de gas ruso están bajo una gran presión económica.