Lisboa, 5 nov (EFE).- Portugal recibe este fin de semana la visita del presidente de China, Hu Jintao, con la esperanza de que el fortalecimiento de sus relaciones económicas apacigüe las dudas de los inversores sobre la situación financiera lusa.
Junto a una comitiva de empresarios, Jintao, el primer jefe de Estado chino que visita Portugal en los últimos once años, llega para firmar varios acuerdos con el Gobierno luso, e incluso se especula con un anuncio de compra de títulos de deuda pública, lo que supondría un importante respaldo a las finanzas del país.
Fuentes oficiales chinas confirmaron a EFE que su país "continúa interesado en la compra de deuda en los países de la zona euro" afectados por la crisis y pretende ayudar a reforzar "su estabilidad", aunque no precisaron si la deuda lusa se encuentra entre sus objetivos inmediatos.
Portugal sigue en el punto de mira de los mercados internacionales pese a la aprobación de sus presupuestos para 2011 del pasado miércoles, gracias al acuerdo alcanzado entre el Ejecutivo socialista -que gobierna en minoría- y el principal grupo de la oposición, el Partido Social Demócrata (PSD, centro derecha).
En la jornada de ayer, los intereses de su deuda soberana a 10 años -indicador de la confianza de los mercados- se dispararon y alcanzaron un nuevo máximo histórico al sobrepasar el 6,6 por ciento, lejos del 2,4 por ciento de los títulos alemanes, habitual valor de referencia.
Jintao tiene previsto reunirse mañana por la tarde con el presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, y con el presidente de la Asamblea de la República, Jaime Gama, mientras que su encuentro con el primer ministro, el socialista José Sócrates, está programado para el domingo por la mañana.
El dirigente chino, que llega de una visita oficial a Francia marcada por la magnitud de los acuerdos económicos alcanzados, valorados en más de 14.000 millones de euros, también tiene en su agenda un encuentro con la comunidad china residente en Portugal, formada por entre 10.000 y 20.000 personas.
La especial relación que mantienen ambos países se remonta a las negociaciones por Macao, ex colonia lusa hasta 1999, año en el que alcanzó la condición de Región Administrativa Especial de China, como Hong Kong, en lo que se ha convertido en un ejemplo de "descolonización" pacífica.
Curiosamente, el actual presidente del Parlamento luso, Jaime Gama, era entonces ministro de Asuntos Exteriores, por lo que estuvo al cargo de las conversaciones con China que condujeron a la independencia de Macao, tras más de 400 años bajo dominio portugués.
En las reuniones que mantendrán las autoridades chinas y portuguesas este fin de semana se hablará sobre la mejora del comercio bilateral, que según fuentes oficiales chinas se aproxima actualmente a los 1.500 millones de euros, así como de infraestructuras, energía y turismo, entre otros temas.
No obstante, la visita del presidente chino -nombrado ayer como persona más poderosa del mundo por la revista Forbes- suscitó las críticas de parte de la izquierda marxista del país.
El Bloco de Esquerda (BE), el cuarto partido en la Cámara portuguesa con 16 diputados, decidió que sus miembros no asistan a la recepción oficial de mañana en el Parlamento por considerar que China es "una dictadura" que "viola los Derechos Humanos".
A las protestas también se suma la división portuguesa de la ONG Amnistía Internacional, que organiza una manifestación mañana en la que se reivindicará la liberación del premio Nobel de la Paz 2010, Liu Xiabao. EFE