Bruselas, 11 dic (EFE).- El banco holandés Rabobank prevé eliminar el estatus independiente de su división internacional y reintegrarla en la matriz holandesa después de que este brazo se viese implicado en el escándalo de manipulación del euríbor y el líbor que ha acarreado a la entidad una multa millonaria, informa hoy el diario Het Financieele Dagblad.
Rabobank International, basada en Londres y Singapur, tuvo un papel central en la manipulación de estos índices, una infracción que le ha costado a la matriz una multa de 774 millones de euros y la dimisión de varios directivos.
De acuerdo con los planes de la entidad a los que ha tenido acceso el diario neerlandés Het Financieele Dagblad, el principal cambio es que en el futuro los gestores de riesgos tendrán que remitir sus informes al director financiero de la entidad, Bert Bruggink, en lugar de al de la división internacional.
Asimismo, el documento prevé que Rabobank International pierda sus departamentos propios, incluidos el de personal y el de tecnologías de la información.
Por su parte, un portavoz de la entidad explicó a la prensa que estos planes aún están negociándose y no afectarán a los consumidores, si bien la entidad no pudo decir todavía qué efectos tendrán sobre los empleados.
Este cambio de estatus para el negocio internacional ha sido propuesto por la directiva de Rabobank, que ha remitido un documento de recomendaciones al consejo de trabajadores del banco para que expresen su opinión.
La propuesta está en línea con los acuerdos adoptados entre Rabobank y el Banco de Holanda en los que se indicaba que la entidad debe mejorar sus controles internos para evitar que se reproduzcan casos como el del euríbor.
La entidad holandesa acordó con las autoridades financieras holandesas e internacionales pagar una multa de 774 millones de euros después de que una investigación probase que había participado, junto con otros bancos, en la manipulación de los índices euríbor y líbor.
En concreto, treinta de sus empleados influyeron entre 2005 y 2010 en los datos que suministraban para establecer los índices, que se calculan en función de las cifras aportadas por varias entidades financieras europeas y sirven, entre otras cosas, para fijar el precio de las hipotecas.
Rabobank admitió entonces que "no tuvo suficientes sistemas de control" y su consejero delegado, Piet Moreland, y su director financiero, Sipko Schat, dimitieron por el escándalo. EFE