Washington, 16 jul (EFE).- El Gobierno de Estados Unidos indicó
hoy que no dará ayudas a CIT Group, una de las mayores entidades de
crédito para empresas, pese a que está al borde de la quiebra y sus
acciones se han derrumbado.
Bill Burton, portavoz de la Casa Blanca, señaló que el presidente
Barack Obama "ha dejado claro que mantendría un estándar muy alto
respecto a qué empresas recibirían asistencia del Gobierno federal".
El funcionario explicó que la decisión de ayudar a una compañía
depende en gran medida "de si puede demostrar o no que es sostenible
a largo plazo".
Aparentemente CIT Group, que ha perdido 3.400 millones de dólares
en los últimos ocho meses, no ha cumplido ese requisito.
El Gobierno ha dado más de 2.300 millones de dólares a la
compañía, por lo que si entra en bancarrota el erario público
sufrirá las primeras pérdidas de su programa de socorro al sistema
financiero.
Pero aún así, los responsables del Departamento del Tesoro ya
apuntaron ayer su negativa a aportar más fondos. "Incluso durante
períodos de estrés financiero, creemos que existe un umbral muy alto
para la ayuda gubernamental excepcional a empresas particulares",
manifestaron.
CIT indicó que las conversaciones con el Gobierno habían
terminado y que era improbable que recibiera apoyo público a corto
plazo.
Esas declaraciones hicieron que las acciones del grupo perdieran
hoy un 75 por ciento de su valor. Al mismo tiempo, la agencia Fitch
bajó la calificación de la deuda de CIT a "C" y dijo que es muy
probable que la compañía entre en quiebra "en muy corto plazo".
Se trataría de la mayor bancarrota desde el hundimiento del banco
de inversión Lehman Brothers en septiembre de 2008, que sacudió el
sistema financiero mundial.
Pero con más de 60.000 millones de dólares en activos, CIT Group
es bastante menor que Lehman Brothers, lo que parece ser el motivo
por el cual Washington ha decidido negarle ayuda adicional, pese al
riesgo de su colapso.
Burton reveló que fue el Departamento del Tesoro y no Obama quien
tomó esa decisión.
La ansiedad en torno a la compañía provocó la subida hoy de los
bonos del Tesoro, pues los inversores buscaron la seguridad de los
títulos públicos.
El 14 de junio pasado, la Reserva Federal concluyó su "prueba de
resistencia" de bancos y entidades financieras, y señaló que CIT
necesitaría unos 4.000 millones de dólares para sobrellevar un
empeoramiento de las condiciones económicas.
CIT, una entidad fundada hace 101 años, ha sido una de las
fuentes principales de crédito para empresas medianas y pequeñas de
Estados Unidos, y su bancarrota golpearía especialmente a negocios
con ventas de entre 5 y 250 millones de dólares anuales.
Pero la crisis ha emponzoñado su cartera de préstamos y los
analistas calculan que en el segundo trimestre las pérdidas de CIT
sumarán 346 millones de dólares.
En la industria de confección, CIT es la mayor "firma de
factura", el tipo de entidad que adquiere pagarés de las empresas y
les provee dinero en efectivo.
Esto permite que las compañías que necesitan capital de trabajo
no tengan que esperar el promedio de 60 días hasta que les paguen
sus clientes minoristas.
Tracy Mullin, ejecutivo principal de la Federación Nacional de
Minoristas, envió una carta al secretario del Tesoro, Timothy
Geithner, urgiéndole a que el Gobierno intervenga en ayuda de CIT,
cuya clientela la conforman más de un millón de negocios, entre
ellos 300.000 minoristas.
"No se puede permitir que ocurra un colapso de CIT cuando los
minoristas están luchando por su supervivencia en medio de la
recesión", sostuvo Mullin. EFE