Lara Malvesí
Nueva York, 12 ene (EFE).- Wall Street cerró hoy con ganancias después de que el precio del barril de Texas consiguiera cerrar en 30,44 dólares y dejara atrás el susto de depreciarse por debajo de la barrera de los 30 durante unos instantes.
Buena parte de los analistas han leído la subida de última hora del crudo como una estabilización que daba pie a la bolsa a remontar, mientras que para otros persiste el miedo de que el barril siga bajando dada la geopolítica y la fortaleza del dólar en las importaciones, entre otros factores.
El Dow Jones de Industriales, el principal indicador, subió así un 0,72 % después de una jornada de gran volatilidad que ha conseguido, sin embargo, marcar un punto de inflexión tras ocho días de pérdidas y cierres mixtos, uno de los peores inicios de año que se recuerdan.
Todas las miradas de los inversores estuvieron puestas en el mercado de materias primas, donde el precio del petróleo continuó en caída libre tanto en Nueva York como en Londres, y cerró en niveles que no se veían hace más de doce años.
El barril de Texas, de referencia en Estados Unidos, cayó un 3,08 % y terminó la sesión en 30,44 dólares, después de una jornada en la que llegó a caer por debajo de los 30 dólares por primera vez desde diciembre de 2003.
Por su parte, el crudo Brent bajó un 2,18 % en el mercado de futuros de Londres y terminó en 30,86 dólares, de tal manera que por primera vez desde principios de 2014 perdió la barrera de los 31 dólares.
Precisamente hoy se conoció que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha planteado la celebración de una reunión extraordinaria en los próximos dos meses para analizar una nueva estrategia ante la caída de los precios del crudo.
Pero más allá de la relativa estabilización de último minuto del petróleo de Texas, los operadores también se fijaron en la calma reinante en China, cuyo desastroso inicio bursátil de 2016 ha llevado de cabeza en los últimos días a todas las plazas mundiales.
En los próximos días veremos como al cóctel se une un nuevo ingrediente, el de los resultados del cuarto trimestre y cómputo anual de las principales empresas, en una nueva ronda de resultados de EE.UU., que no dejaran al parqué neoyorquino indiferente.