Por Josh Horwitz
SHANGHAI, 24 dic (Reuters) - China, que se enfrenta a una nueva ola de infecciones por COVID-19, dio el sábado otro paso hacia la relajación de sus restricciones relacionadas con la pandemia cuando el líder de Hong Kong anunció que su objetivo sería reabrir sus fronteras con el continente a mediados de enero.
En una conferencia de prensa a su regreso desde Pekín, el jefe del Ejecutivo de Hong Kong, John Lee, declaró que las autoridades se proponen reabrir "de forma gradual, ordenada y completa" todos los puntos de entrada entre ambas partes, y coordinarse con el gobierno de la cercana Shenzhen para gestionar el flujo de personas.
En la actualidad, las personas que desean entrar en la China continental a través de Hong Kong sólo pueden hacerlo por el aeropuerto de la ciudad o por dos puntos de control: la bahía de Shenzhen o el puente Hong Kong-Zhuhai-Macao.
Además, deben pasar un periodo de cuarentena en un hotel antes de poder circular libremente.
Hong Kong y Pekín cerraron sus fronteras a principios de 2020, cuando el COVID salió a la luz, y han permanecido cerradas desde entonces, ya que China ha limitado la entrada de viajeros como parte de su estricta política de "cero COVID".
A principios de este mes, Pekín suavizó las restricciones nacionales por el COVID, eliminando los requisitos de pruebas obligatorias y las restricciones de viaje.
Aunque muchos han acogido con satisfacción esta relajación, las familias y el sistema sanitario no estaban preparados para el consiguiente aumento de las infecciones. Los hospitales se afanan por conseguir camas y sangre, las farmacias medicamentos y las autoridades se apresuran a construir clínicas.
NAVIDAD CON COVID
Antes de Navidad, las autoridades de Shanghái instaron a los residentes a quedarse en casa este fin de semana para frenar la propagación del virus. La festividad no se celebra tradicionalmente en China, pero es habitual que las parejas jóvenes y algunas familias pasen las fiestas juntas.
A pesar de esas advertencias, un mercado navideño anual celebrado en el Bund, una zona comercial, estaba abarrotado de asistentes.
"Mis amigos son todos positivos, y todos se han recuperado", dijo Liu Yang, de 23 años, un trabajador informático que asistía al mercado. "Queríamos aprovechar la Navidad, y es fin de semana, queríamos pasear y disfrutar del aire, así que vinimos aquí".
Aun así, la propagación de ómicron está empañando las festividades de otros comercios y restaurantes.
Muchos restaurantes de Shanghái han cancelado las fiestas navideñas que normalmente celebran para sus clientes habituales, mientras que los hoteles han limitado las reservas debido a la escasez de personal, explica Jacqueline Mocatta, que trabaja en el sector de la hostelería.
"Sólo podemos aceptar un número determinado de clientes, dada la escasez de personal, ya que la mayoría de los miembros del equipo no se encuentran bien en estos momentos", explicó.
Según la empresa británica de datos sanitarios Airfinity, es probable que en China se produzcan más de un millón de infecciones al día y más de 5.000 muertes diarias, lo que supone un "marcado contraste" con los datos oficiales.
El sábado, la autoridad sanitaria nacional de China informó de 4.128 infecciones sintomáticas diarias por COVID-19, y de ninguna muerte por cuarto día consecutivo.
Bloomberg News informó el viernes de que casi 37 millones de personas podrían haberse infectado con COVID en un solo día de la semana pasada, citando estimaciones de la máxima autoridad sanitaria del gobierno. Las autoridades no hicieron comentarios sobre el informe.
(Reporte de Josh Horwitz y Jing Bian en Shanghái; reporte adicional de Xihao Jiang en Shanghái; Editado en Español por Ricardo Figueroa)