PIDIE, INDONESIA, 27 dic (Reuters) - La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) instó el martes a los países a ayudar a los musulmanes rohinyá varados en el mar, después de que al menos 20 hayan muerto y cientos más hayan desembarcado en Indonesia tras semanas a la deriva en el océano Índico.
Cerca de 500 rohinyá han llegado a Indonesia en las últimas seis semanas, mientras que "muchos otros no actuaron a pesar de las numerosas súplicas y peticiones de ayuda", señaló ACNUR en un comunicado.
En él se afirmaba el lunes que 2022 podría ser uno de los años más mortíferos en el mar en casi una década para los rohinyá, ya que un número cada vez mayor de ellos huye de las desesperadas condiciones de los campos de refugiados de Bangladés. Se cree que una embarcación con 180 personas se hundió a principios de diciembre, y se presume que todos los que iban a bordo han muerto, según grupos de derechos humanos.
Los rohinyá están perseguidos desde hace mucho tiempo en Myanmar, de mayoría budista y fronteriza con Bangladés. Durante años, muchos han huido a estados vecinos como Tailandia y Bangladés, y a Malasia e Indonesia, de mayoría musulmana, entre noviembre y abril, cuando el mar está más tranquilo.
Casi un millón viven hacinados en Bangladés, incluidos muchos de los cientos de miles que huyeron de una represión mortal en 2017 por parte del ejército de Myanmar, que niega haber cometido crímenes contra la humanidad.
Los grupos de derechos han registrado un aumento significativo en el número de personas que abandonan los campamentos, de alrededor de 500 el año pasado a un estimado de 2.400 este año. No está claro a qué se debe este éxodo. Algunos activistas creen que el levantamiento de las restricciones del COVID en el sudeste asiático, destino preferido de los rohinyá, podría ser un factor.
VIAJES PELIGROSOS
El lunes arribó en la provincia de Aceh, en la isla indonesia de Sumatra, una embarcación con 174 rohinyá, la mayoría de ellos deshidratados, fatigados y necesitados de atención médica urgente tras semanas en el mar, según informaron responsables de la agencia local de catástrofes.
Algunos supervivientes relataron historias de hambre y desesperación, diciendo que más de 20 de los pasajeros murieron en la travesía.
"Vinimos aquí desde el mayor campo de refugiados de Bangladés con la esperanza de que el pueblo indonesio nos diera la oportunidad de recibir educación", dijo Umar Farukh, que hablaba en un refugio abarrotado de hombres, mujeres y niños rohinyá que recibían atención de los médicos indonesios.
Las autoridades tailandesas declararon, tras rescatar a seis personas encontradas aferradas a un tanque de agua flotando en el mar de Andamán, que los supervivientes informaron de que a su embarcación se le había denegado el acceso a Malasia y había dado media vuelta hacia Bangladés.
El Ministerio de Asuntos Marítimos de Malasia no respondió a las peticiones de comentarios.
El desembarco del lunes en Indonesia fue el último de una serie de desembarcos y rescates de embarcaciones rohinyá en toda la región en las últimas semanas, lo que ha llevado a las autoridades de Bangladés a tratar de impedir que la gente arriesgue su vida en embarcaciones hacia el Sudeste Asiático.
"Estamos haciendo todo lo posible para evitar que emprendan viajes peligrosos", declaró a Reuters a última hora del lunes Mohammad Mizanur Rahman, comisario bangladeshí de Ayuda a los Refugiados y Repatriación.
(Reporte de Hidayatullah Tahjuddin en Pidie, Indonesia, Stanley Widianto en Yakarta, Ruma Paul en Dhaka y Krishna N. Das en Nueva Delhi; redacción de Kanupriya Kapoor; editado en español por Flora Gómez)