Paula Fernández
Lisboa, 24 dic (EFE).- Pese a que Portugal volvió a crecer en 2014 después de tres años en recesión, los portugueses todavía no notan en sus bolsillos esta mejora y se muestran dispuestos a reducir un poco más su presupuesto para esta época navideña.
Las estadísticas apuntan a que el país cerrará 2014 con un aumento del PIB del 1 % y con una reducción de la tasa de desempleo de dos puntos, hasta situarlo en torno al 13 %, pero el ciudadano medio no termina de percibir esa recuperación.
"Esa idea de que la economía está mejorando, no la veo yo del todo", admite en declaraciones a EFE Estela Cruz, una psicóloga de 46 años residente en Lisboa que aprovecha las horas previas a la Nochebuena para hacer las últimas compras de Navidad, acompañada de su hija.
Como ella, son muchos los lisboetas que acuden a la céntrica Rua Augusta para encontrar el regalo perfecto con el que obsequiar a amigos y familiares, pero con un presupuesto limitado en mente.
En concreto, los portugueses tienen previsto gastar una media de 270 euros en las compras de Navidad de este año, casi un 11 % menos de lo que desembolsaron el año pasado, según un estudio realizado por la consultora Deloitte.
La cifra se sitúa muy lejos de la media europea -488 euros- y es una de las más bajas entre los trece países analizados, sólo por encima del de Ucrania pero por debajo de otros países de característimas similares, como Grecia o Polonia.
El estudio de Deloitte -basado en 760 entrevistas- apunta a que la principal razón para que los portugueses gasten menos estas Navidades es que sus ingresos después de impuestos son ahora más bajos.
El dato no sorprende, puesto que para hacer frente a la crisis económica el Gobierno conservador luso recurrió desde 2011 a una severa política de austeridad que, entre otras medidas, agravó la carga fiscal sobre la población.
Especialistas lusos han identificado cambios en el comportamiento del consumidor luso después de la crisis -más cenas en casa, menos compras y búsqueda de descuentos, entre otros puntos-, lo que provoca que el gasto de las familias siga en niveles bajos.
Los portugueses dedican casi la mitad de su presupuesto para esta Navidad a regalos, principalmente para los niños, y el resto se reparte entre gastos en alimentación y bebidas (alrededor del 37 %) y en reuniones sociales (17 %), de acuerdo con el informe de Deloitte.
"Somos una familia de cinco, los regalos son más o menos siempre para las mismas personas, por tanto el presupuesto no varía mucho", reflexiona la psicóloga Estela Cruz.
En el centro de Lisboa se respira el ambiente festivo y los comercios intentan captar la atención de los viandantes con escaparates decorados con luces y el tradicional árbol de Navidad, pero sobre todo con promociones y descuentos.
No en vano, el coste económico es el principal criterio escogido a la hora de hacer estas compras, de acuerdo con los datos recogidos por ese mismo estudio.
Los portugueses no celebran los Reyes como en otros países y acostumbran a intercambiar los regalos en la medianoche del día 24 de diciembre, por lo que las principales compras tienen que hacerse antes de esa fecha.
"De momento ya gasté mucho y casi llegué al final del presupuesto", explica Rafael Pereira, un estudiante de 20 años que admite ser la excepción que confirma la norma, ya que en su caso ha gastado más que el año pasado.
Aun así, cree que "las compras este año están difíciles para todo el mundo".
Carina vende artesanía desde hace tres años en uno de los puestos navideños que en estas fechas florecen a los pies del arco que separa la Rua Augusta lisboeta de la célebre Praça do Comercio, y aunque confía en mejorar sus ventas -influidas por el aumento de turistas- admite que los efectos de la recuperación económica no son todavía visibles.
"Hace tres años que hacemos esta feria aquí. Si realmente existe una mejoría, yo todavía no la vi", afirma.
Las previsiones apuntan a que la recuperación económica de Portugal se acrecentará en 2015, cuando se estima una subida del PIB del 1,5 %.
Hasta entonces, habrá que esperar para ver si dentro de doce meses los portugueses se muestran más optimistas y deciden gastar más en la última fiesta del año.