Emilio López Romero
Nueva York, 28 sep (EFE).- Wall Street vivió hoy una jornada negra de fuertes pérdidas en sus principales indicadores arrastrados por el sector energético y el sanitario, y en medio de nuevos síntomas de debilidad de la economía china.
En la última hora de contrataciones, el Dow Jones Industriales perdió momentáneamente la barrera psicológica de los 16.000 puntos, algo que no sucedía desde el 1 de septiembre, aunque al final logró salvar los muebles y cerrar en 16.001,89 unidades (-1,92 %).
Peores fueron las cosas para el índice compuesto del mercado Nasdaq, que terminó con una contundente caída del 3,03 % tras restar casi 150 puntos, y para el selectivo S&P 500, que bajó un 2,57 % y perdió la barrera de los 1.900 puntos.
Los analistas coincidieron hoy en que los grandes responsables de la estampida en Nueva York fueron el sector energético, que se vio arrastrado por una nueva caída del precio del petróleo en los mercados internacionales, y por el sector sanitario.
Los nuevos signos de debilidad del gigante asiático, donde los beneficios de sus principales industrias cayeron un 8,8 % en agosto, impactaron en las materias primas: el barril de Texas cerró por debajo de 45 dólares y el de Brent por debajo de 48 dólares.
Nueva York se sumó así a la oleada de ventas al otro lado del Atlántico, donde las principales plazas financieras también cerraron con fuertes descensos: París cayó un 2,76 %; Londres un 2,46 % y Fráncfort un 2,12 %.
Al margen de las dudas procedentes del exterior, los operadores en Wall Street continúan sin tener claro cuándo anunciará la Reserva Federal (Fed) la primera subida de los tipos de interés en Estados Unidos desde el estallido de la crisis financiera de 2008.
Ni siquiera las ventas millonarias de Apple (NASDAQ:AAPL) de su último modelo de iPhone, con 13 millones de dispositivos en su primer fin de semana en los mercados, ayudaron a frenar la incertidumbre en Wall Street y sus acciones bajaron este lunes casi 2 puntos porcentuales.
La única noticia positiva de la jornada vino de la mano del gigante siderúrgico Alcoa, que anunció hoy que se escindirá en dos empresas independientes en la segunda mitad del próximo año y sus acciones se dispararon casi un 6 % en la Bolsa de Nueva York.