Por Jesús Aguado
MADRID (Reuters) - Santander previsiblemente se ganará el dudoso honor de ser el único banco que suspenda las pruebas de la Reserva Federal por tercer año consecutivo, pese a los esfuerzos por mejorar los controles en su filial de Estados Unidos, dijeron fuentes bancarias y analistas.
Las entidades financieras entregaron esta semana sus planes de gestión de capital y riesgo al banco central, que publicará los resultados para finales de junio.
Para los gestores de Santander, su poco rentable negocio en Estados Unidos es un motivo de descontento desde hace tiempo y su presidenta, Ana Botin, prometió en enero solucionar el problema en dos años, después de lo cual consideraría la venta de la división.
Incluso una desinversión será difícil mientras no se cumplan los estándares de la Fed, algo que dificulta el acceso a capital para su reinversión en otros negocios y tampoco puede cobrar un dividendo de esta división, mientras no supere la prueba.
El banco estableció en 2013 un objetivo de duplicar sus beneficios en Estados Unidos a 2.000 millones de dólares para 2016, pero el pasado año redujo sus ambiciones y ya no tiene objetivo de beneficios para la filial, que ganó 678 millones de euros en 2015.
El banco ha contratado a un nuevo presidente estadounidense para su filial y está invirtiendo unos 170 millones de dólares al año para reorganizar su compleja estructura, en parte heredada con la compra de Sovereign en 2009, y para eliminar debilidades en el balance.
Los problemas no radican en sus niveles de capital, que superan el mínimo requerido por la Fed, sino en los controles internos de riesgo del banco y en la falta de integración de sus multiples actividades en Estados Unidos bajo un único holding.
Santander, que genera alrededor del 8 por ciento de su beneficio en Estados Unidos, reconoce que queda mucho por hacer.
"Para nosotros lo que es importante es que la Fed reconozca que estamos haciendo progresos para la resolución de las debilidades que tenemos", dijo José García Cantera, director financiero de Banco Santander (MC:SAN), el mes pasado en una entrevista telefónica con Reuters.
García Cantera rechazó decir si el banco espera aprobar el test este año.
PUNTOS DE VISTA DIVERGENTES
Personas familiarizadas con la situación dicen que el hecho de que Santander y los reguladores de EEUU mostraran recientemente su divergenia en algunos puntos relacionados con la metodología y el cálculo de provisiones del banco es una mal augurio para la prueba de resistencia en EEUU.
Santander Consumer USA (SCUSA), la división de consumo del banco en EEUU, retrasó el mes pasado la presentación de su informe anual a la Comisión de Mercado de Valores (SEC, por sus siglas en inglés) tras verse forzada a revisar el modo en que contabiliza algunas pérdidas relacionadas con créditos.
"Los últimos problemas demuestran que les va a llevar algo más de tiempo poner la casa en orden en Estados Unidos", dijo un banquero de inversión familiarizado con la situación de Santander en Estados Unidos.
Santander no es el único banco europeo que ha afrontado dificultades a la hora de cumplir los estándares regulatorios de EEUU, pero homólogos como Deutsche Bank (DE:DBKGn), que suspendió las pruebas de la Fed en 2015, parecen mejor situados para aprobar este año, según analistas.
Más allá de los daños a la reputación que pueda ocasionar un tercer suspenso y el hecho de que las unidades de Santander en EEUU no pueden transferir un dividendo a la matriz en Madrid, el nuevo fracaso afectaría también la rentabilidad del banco al crecer el año pasado los costes en EEUU a un ritmo más alto que el beneficio.
"Santander ha visto cambios de gestión en su filial de EEUU y los costes han subido debido a presiones regulatorias", dijeron analistas de Nomura en una nota a clientes. "Los últimos acontecimientos podrían desencadenar dudas de que dichos costes continúen creciendo.
Santander prevé que los costes regulatorios bajen, pero no a corto plazo.
"Una vez que veamos que vamos en el camino correcto, la idea es que ya no será necesario invertir tanto y podremos gradualmente ir ajustando la base de costes", añadió García Cantera.