En un momento de crisis global, una pandemia y un entorno político y social generalmente inestable, las criptomonedas muestran una estabilidad notable. Además, la recesión económica inducida por la pandemia jugó en manos de la industria no solo atrayendo a traders profesionales de criptomonedas, sino también reviviendo la minería como una forma de generar ingresos pasivos.
No es de extrañar que los países que atraviesan situaciones políticas y económicas difíciles experimenten un auge en la compra de tarjetas gráficas en los últimos meses. En la región de Abjasia, donde todas las actividades relacionadas con criptomonedas son ilegales desde 2018, los ciudadanos gastaron más de USD 500,000 en equipos de minería durante un período de seis meses.
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