El commodity más importante del mundo se ha ido al pozo causando confusión y asombro en medio de una pandemia que nos tiene a todos en casa por cárcel. El precio del petróleo ha estado muy bajo por muchos años ya y resulta obvio que esta situación de confinamiento tiene un gran impacto en la demanda de crudo. Pero, pese a que sí cruzó la mente de algunos analistas, casi nadie se esperaba unos precios negativos. ¿Cómo es posible? Bueno, algo toma un precio negativo cuando regalado es caro y el proveedor debe pagar para que alguien se le lleve del almacén. Es algo así como la basura de nuestra casa que debemos pagar para que alguien la recoja. ¿Y por qué pagamos? Porque la basura se acumula y apesta. Debe dejar nuestra casa pronto o de lo contrario tendremos un problema mayor. Este ‘Crash’ es la crónica de un problema práctico de una realidad física. El petróleo no es como Bitcoin.
Durante la última década, la economía no ha estado nada mal. De hecho, ha sido un largo y lucrativo periodo de bonanza. La crisis del 2008 se superó, el mundo se recuperó, y el crecimiento ha sido espectacular. Los mercados por las nubes, la inflación bajo control y una tasa de desempleo asombrosa. Esa es una combinación que se ve en raras ocasiones, pero durante estos últimos años de prosperidad la hemos visto. De hecho, crecer económicamente no es tan difícil. Por lo general, se logra con estímulos monetarios y fiscales. En otras palabras, se logra imprimiendo dinero. Eso obviamente que es sencillo. Lo difícil no es eso, lo difícil es hacerlo sin causar inflación. Y me temo que debemos admitir que de algún modo u otro ese milagro lo hemos logrado. Al parecer los “genios” de la macroeconomía mundial lo consiguieron. Las calles están atiborradas de papel dinero y la inflación bajo control. El milagro.
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Nadie sabe a ciencia cierta cómo se pudo lograr este milagro. Mucho dinero en la calle sumando al pleno empleo nos lleva a un cuadro inflacionario, pero lo inconciliable se ha conciliado. Claro que hay teorías al respecto. Avances tecnológicos en los procesos de producción y distribución tienen ciertamente algo que ver. La economía digital y globalizada se combina con esto en algo que obviamente está bajando los precios. Esa nueva realidad se puede ilustrar de la siguiente manera: Investigamos sobre un producto en Google (NASDAQ:GOOGL), y luego vamos a la app de Amazon (NASDAQ:AMZN) en nuestro Iphone. Buscamos los mejores precios y lo compramos con delivery gratis. ¿Y qué compramos? Probablemente algo que se fabricó en China y que nunca había estado tan económico. Claramente que existe un elemento que está ayudando a esa posibilidad. Los bajos precios del petróleo. El petróleo se relaciona directamente con la inflación.
La inflación tuvo mucha responsabilidad en la crisis del 2008. Los salarios por el suelo, las deudas por los cielos y llegó la inflación para dar el toque de gracia. Comenzaron los primeros incumplimientos de pagos y luego todo fue una reacción en cadena. Ahora los precios del petróleo no están como estaban en los años previos al 2008. Ahora, 11 años después de aquellos eventos, el petróleo está prácticamente regalado. Y han estado relativamente bajos durante casi una década. ¿Por qué? Bueno, en parte, esto se lo debemos a la irrelevancia de la OPEP. Esta organización, que por mucho tiempo funcionaba como un cartel, que con recortes de producción mantenía los precios elevados, hoy no sirve para nada, porque nadie está respetando sus cuotas. ..