¿Quién iba a pensar que la implosión de Terra, el colapso de Three Arrows Capital y las quiebras de Celsius y Voyager no serían las historias más terribles de 2022 en el ámbito de las criptomonedas? En retrospectiva, el día del ajuste de cuentas de las criptomonedas —y el nuevo mínimo del ciclo— no había llegado ni siquiera después de todos estos tumultuosos acontecimientos.
La ejecución cíclica de la industria se produjo esta semana cuando se temió que FTX —el segundo exchange de criptomonedas más grande del mundo— fuera insolvente y estuviera al borde del colapso. Esos temores se derivaban de la relación incestuosa de FTX con Alameda Research, una empresa de comercio fundada por el CEO de FTX, Sam Bankman-Fried —resulta que FTX estaba comerciando con los ingresos de Alameda para apuntalar su negocio, ofreciendo su ilíquido e inútil token FTX (FTT) por el Tether de Alameda—. En medio de informes de que el token nativo de FTX comprendía aproximadamente el 40% de los activos de Alameda, el CEO de Binance, Changpeng Zhao, anunció que su exchange liquidaría toda su reserva de FTT. Fue el mismo Zhao, también conocido como CZ, quien se ofreció a comprar FTX unos días más tarde para salvarlo del inminente colapso. Aunque Bankman-Fried aceptó el trato, rumores creíbles sugieren que CZ se está echando atrás debido al enorme agujero en las finanzas de FTX. (Desde entonces se ha confirmado que esos rumores son ciertos).
Liquidating our FTT is just post-exit risk management, learning from LUNA. We gave support before, but we won't pretend to make love after divorce. We are not against anyone. But we won't support people who lobby against other industry players behind their backs. Onwards.Lea el artículo completo en Cointelegraph