Hay muy pocas personas en este espacio que se pueden dar el lujo de demostrar “preocupación” en tan tiempos inciertos. En muchos sentidos, todo vendedor es un maestro de la negación. Los fondos de inversión, los exchanges, las criptoempresas, la prensa y los influencers se ganan la vida vendiendo el sueño “Bitcoin”. ¿Cuál es ese sueño? Bueno, el sueño de “riquezas sin límite”. En muchos casos, este sueño es doble. Se vende el sueño de “riquezas sin límite” y, al mismo tiempo, se vende el sueño de la futura “utopía libertaria”. Claro que esos sueños se deben vender con mucha seguridad. En otras palabras, deben parecer una apuesta segura. De esta forma, obtener la fe impoluta de los feligreses. El barco se puede estar hundiendo. Sin embargo, los músicos deben seguir tocando hasta el final con expresión serena e imperturbada.
Imaginemos por un momento que queremos comprar una panadería. De pronto, encontramos una panadería a la venta y comienza la aventura. El agente de ventas seguramente nos presenta el negocio como una gran oportunidad. El dueño de la panadería probablemente también se une a esta campaña optimista. El vendedor del trigo aplaude el negocio con mucho entusiasmo. Es posible que la prensa le haga una entrevista al viejo panadero que vende su panadería para poder pasar más tiempo con sus nietos. Y el influencer, amante del buen pan, hace un video que se hace viral. El gremio de panaderos envía una nota de prensa hablando del gran futuro del pan como la comida del futuro. Celebridades, empresarios y el público en general se contagian de este entusiasmo. Obvio que quieren nuestro dinero. ¿Por qué? Porque es muy conveniente para ellos y su sector captar nuestra inversión. La gran pregunta: ¿Es la inversión conveniente para nosotros?
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