Los titulares dan miedo. Millones de infecciones, más de 170.000 muertes. Nada podrá reemplazar las vidas perdidas o devolver la "normalidad" anterior al Covid 19. Mientras que nuestros corazones y nuestras más profundas condolencias van a todos aquellos cuya vida ha cambiado debido a esta pandemia, hay implicaciones a largo plazo que, para aquellos de nosotros que estamos en el negocio de la privacidad, son tan aterradoras como la propia pandemia. Apple (NASDAQ:AAPL) y Google (NASDAQ:GOOGL) están colaborando en soluciones de rastreo de contactos, y los gobiernos están rastreando el movimiento e incluso la biometría de los ciudadanos a través de sus dispositivos personales. Una vez que la amenaza del COVID-19 sea tratada a través del distanciamiento social, el tratamiento médico y la vacunación, la amenaza a la privacidad permanecerá.
Hay un equilibrio entre la privacidad y la salud pública, y es uno que ha ido ganando terreno en las noticias, y con razón. Siempre hay que hacer un intercambio. Hacemos estos tratos todos los días. De buena gana y a menudo sin saberlo renunciamos a nuestros datos personales a cambio de ciertos servicios, como conseguir un Uber (NYSE:UBER) o un Lyft (NASDAQ:LYFT), por ejemplo. Las historias recientes convergen en los temores de los estados de vigilancia, el seguimiento y rastreo masivo, el debate ético sobre qué información personal identificable es necesaria para gestionar la pandemia, y si los que recogen los datos renunciarán alguna vez al control.
Lo que no está en las noticias es una solución alternativa, una que cumpla con los requisitos del actual estado de emergencia y satisfaga la necesidad de servir a la salud y seguridad públicas, pero que también proteja nuestra privacidad. La solución es una credencial digital, o identidad digital.
Esta tecnología puede parecer un híbrido de lo nuevo y lo viejo, y eso es realmente lo que es. Una credencial digital es simplemente una prueba de algo, y está respaldada por otra cosa en la que se confía. Como en el mundo real, tu licencia de conducir prueba tu edad, residencia y derecho a conducir un coche. Una credencial digital haría exactamente lo mismo. Una persona con licencia de conducir es de confianza no porque conozca a la persona que la tiene, sino porque está respaldada por el estado que emitió la licencia. Una versión digital puede realizar todas las mismas funciones instantáneamente, con funcionalidad sin contacto y lo más importante - en privado. Podrías probar tu edad sin tener que revelar tu dirección o tu altura y peso. O podrías compartir si has contraído el coronavirus con aquellos con los que has estado en proximidad física, sin revelar tu nombre...