¿Qué tienen en común la República Centroafricana (RCA) y El Salvador? A primera vista, no mucho. Uno es un país africano sumido en la pobreza y el conflicto, y el otro es una nación centroamericana que intenta superar su pasado violento y su dependencia de Estados Unidos. Sin embargo, ambos países han decidido dar un paso audaz y arriesgado: adoptar Bitcoin como moneda de curso legal.
República Centroafricana está en el centro de África y no tiene mar. No, no es el Congo. Tampoco es Chad. Centroáfrica es un país pequeño y pobre, con unos 5 millones de habitantes que viven de lo que cultivan o cortan. Maíz, ñame, mandioca y plátanos para comer; café, algodón y tabaco para vender. También tienen madera, diamantes, oro y uranio, pero no los aprovechan mucho. El petróleo lo compran a Camerún, que es su vecino del oeste.
La vida en Centroáfrica no es fácil. Desde que se independizaron de Francia en 1960, han tenido muchos problemas políticos y sociales. Guerras civiles, golpes de estado, violencia y violaciones de derechos humanos son frecuentes. La última guerra empezó en 2012 y todavía no ha terminado. La ONU y otros países intentan ayudar, pero no es suficiente.