NUEVA YORK - En un cambio significativo en el sector de los servicios financieros tras la aprobación por la Comisión del Mercado de Valores de EE.UU. (SEC) de los fondos cotizados (ETF) de Bitcoin el 10 de enero, Vanguard se enfrenta a una reacción violenta de sus clientes. En la actualidad, la empresa está siendo testigo de un éxodo masivo de clientes que se trasladan a competidores como Fidelity, que, a diferencia de Vanguard, han decidido ofrecer ETF de Bitcoin al contado.
La luz verde de la SEC a los ETF de Bitcoin al contado marcó un antes y un después para las inversiones en criptomonedas, al permitir una exposición más directa a los movimientos del precio de Bitcoin. JPMorgan ha adoptado la nueva clase de activos a través del ETF iShares Bitcoin Trust de BlackRock, y UBS ha aprobado estas inversiones para sus clientes más agresivos. Mientras tanto, Citi ha optado por una vía más prudente, limitando el acceso a los clientes institucionales, y Merrill Lynch está adoptando un enfoque de esperar y ver, evaluando el rendimiento antes de tomar una decisión sobre sus ofertas.
La decisión de Vanguard de mantenerse al margen de los ETF de Bitcoin al contado ha sido recibida con críticas por parte de su base de clientes. La postura de la empresa se considera una desviación del espíritu innovador que actualmente impulsa el sector financiero. Los clientes han expresado su decepción, ya que el enfoque conservador de Vanguard contrasta con las estrategias proactivas de sus competidores.
La reticencia de Vanguard a participar en este nuevo mercado está siendo calificada por algunos como un catastrófico paso en falso en materia de marketing, que podría obstaculizar su ventaja competitiva en un panorama financiero en rápida evolución.
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