Han pasado casi ocho meses desde que el Grupo de Acción Financiera Internacional emitió sus directivas sobre las criptomonedas, estableciendo las regulaciones bancarias tradicionales dentro del sector. Con el plazo de adopción de un año acercándose rápidamente, ¿cómo han respondido las autoridades reguladoras del mundo a las directrices hasta ahora?
El GAFI - una organización intergubernamental encargada de combatir el lavado de dinero - se encontró en el centro de la controversia el pasado mes de junio después de emitir su última guía para las criptomonedas. La directiva fusionó la industria de las criptomonedas en la política bancaria existente, exigiendo a las empresas que cumplieran con los mismos requisitos que las instituciones financieras tradicionales.
Entre las directivas más notables está la regla de viaje: un requisito para "proveedores de servicios de activos virtuales" o VASP, por sus siglas en inglés - incluyendo intercambios de criptomonedas y proveedores de carteras de custodia - para revelar la información del cliente cuando se facilita un comercio de 1.000 dólares o más. La información solicitada abarca tanto el nombre del remitente como el del destinatario, la dirección geográfica y los detalles de la cuenta.