La incertidumbre es muy real. No sabemos lo que va a pasar en los próximos meses. Si alguien te dice que sabe lo que va pasar, lo más seguro es que no lo sabe. Hay personas que hablan en tono autoritario para crear un falso sentido de seguridad. Y, de este modo, impresionar a los demás con su supuesta sapiencia. Pero se trata de un teatro. En este contexto, la duda es racional. Y la certeza es un delirio.
Los pronósticos deben hacerse desde la humildad. Y se construyen sobre la teoría de la probabilidad y las expectativas racionales. El error más grande que podemos cometer a la hora de realizar un pronóstico del precio de Bitcoin es asumir que la historia siempre repetirá. O sea, ver al pasado como un destino. Y me temo que este es un mal muy difundido en este espacio. Lo vemos todo el tiempo. Personas en Twitter (NYSE:TWTR) que se apoyan en las glorias pasadas de Bitcoin para profetizar, con una fe de hierro, un gran futuro alcista. La falta de duda en estas profecías es lo que resulta más sospechoso. Es hora de comenzar a cuestionar verdades sagradas.
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