La comunidad Bitcoin es, esencialmente, rebelde. Es obviamente contracultural. Los usuarios de Twitter (NYSE:TWTR) saben a lo que me refiero. Bitcoin no es un código cualquiera. Es un código que ciertamente despierta pasiones. También es una aspiración. Por un lado, tenemos a una comunidad con ansias de reforma. Y, por otro lado, tenemos una narrativa que hace promesas de un futuro mejor.
No hay que ser un genio para reconocer que un “bitcoiner estereotípico” es el "escarabajo del oro" de la era digital. Es decir, volvemos al eterno debate de los grupos más conservadores que anhelan un mundo pre-keynesiano. Aquí hay varias ideas que se unen. El libre mercado es perfecto. El Estado no debería intervenir en la economía. Una moneda dura es ideal. La tecnología hace milagros. El estatismo es el origen de todos los males económicos. Ahora bien, estas ideas son más viajes que las ventosas. No son ideas “bitcoiner” como tal. La utopía es bastante vieja. Lo nuevo es la vía de escape. Lo que ocurre es que muchas personas con estas viejas ideas adoptaron a Bitcoin en su etapa temprana. Me refiero a la corriente más “techno-savy” de los libertarios, anarcocapitalistas y conservadores. Ahora bien, debemos recordar que esto es más política que economico.
- ¿Cómo invertir sabiamente en tiempos de volatilidad e incertidumbre?
En Latina América, estos grupos normalmente no son muy populares. Sin embargo, en la mayoría de los casos, es muy difícil no simpatizar con este espíritu anti-estatista después de haber vivido en carne propia la izquierda radical. Entonces, para muchos jóvenes latinoamericanos de la clase media y alta escuchar las ideas de los libertarios estadounidenses es música para los oídos. El enemigo de mi enemigo es mi amigo o algo así. El radicalismo en el poder genera radicalismo en la oposición. Entonces, después de cierto punto, la verdad es irrelevante. El rencor entre grupos es tan grande que la victoria es más importante que la verdad. El otro siempre está equivocado. El otro siempre es culpable. Somos diametralmente diferentes y no hay reconciliación posible.