Por Laura Sánchez
Investing.com - El prestigioso economista Nouriel Roubini, también conocido como Dr. Doom (Doctor Catástrofe) desde que predijo la crisis de 2008, ha vuelto a realizar afirmaciones en contra del Bitcoin, en esta ocasión en un artículo publicado en Financial Times.
“Las afirmaciones de que el Bitcoin es el nuevo ‘oro digital’ están alimentando una nueva burbuja en esta y en otras criptomonedas. La última, en 2017-2018, infló el Bitcoin de 1.000 a 20.000 dólares, para luego dejarlo caer hasta los 3.000 a finales de 2018”, apunta el economista.
“La burbuja actual terminará en otra caída. Volverá a pinchar”, sentencia.
“Hacer referencia a Bitcoin u otras criptomonedas como ‘monedas’ es inapropiado. No son una unidad de cuenta: prácticamente nada tiene precio. No son un medio de pago escalable: con bitcoin puedes hacer cinco transacciones por segundo mientras que la red Visa (NYSE:V) hace 24.000”, destaca Roubini.
El economista hace incluso una referencia a la popular serie de televisión y película Los Picapiedra en su artículo: “Esta dependencia de diferentes tokens es efectivamente un retorno al trueque. Los Picapiedra tenían un sistema monetario más sofisticado basado en un punto de referencia: los hombres de las cavernas de dibujos animados usaban conchas”.
Y va más allá: “Incluso referirse a las criptomonedas como activos es un nombre inapropiado. La mayoría de los activos tienen un flujo de ingresos (acciones, bonos, bienes raíces comerciales) o un uso (vivienda) o alguna otra utilidad (la moneda fiduciaria proporciona liquidez y puede usarse para pagos). El oro no tiene ingresos, pero tiene usos industriales. También tiene utilidad como reserva de valor y cobertura contra la inflación, la degradación de la moneda y los riesgos de cola. Sin embargo, las cripto no tienen ingresos, ninguna utilidad, ningún pago u otros servicios. Ni siquiera es anónimo porque la tecnología blockchain subyacente facilita el rastreo de los pagos. Es sólo un juego de una burbuja de activos especulativos, peor que la tulipomanía, ya que las flores tenían y siguen teniendo utilidad. Su reserva de valor contra los riesgos de cola no está comprobada”.
“Y peor: algunas cripto, llamadas ‘shitcoins’, son estafas financieras en primer lugar o degradadas diariamente por su patrocinador. El precio de Bitcoin es muy volátil y las denuncias de mal comportamiento, que incluyen suplantación y ejecución anticipada por intercambios, están generalizadas”, añade Roubini.
Según el economista, “alrededor del 99% del comercio de bitcoins se produce en intercambios centralizados, que pueden ser pirateados. Además, los programadores originales conservan un control enorme sobre sus creaciones. En algunos casos actúan como policías, fiscales y jueces, y revierten transacciones que se supone son inmutables. Tampoco las criptomonedas son equitativas: una pequeña cantidad de ‘ballenas’ controlan gran parte del valor del Bitcoin”.
“Esto socava las afirmaciones de que las criptomonedas descentralizarán las finanzas, proporcionarán servicios bancarios a los no bancarizados o enriquecerán a los pobres. Blockchain afirma permitir transferencias de dinero baratas a los refugiados, pero es mucho más probable que las criptomonedas brinden cobertura a estafadores, evasores de impuestos, delincuentes, terroristas y traficantes de personas”, sentencia Roubini.