El Departamento de Justicia de los Estados Unidos acusó (oficialmente) a Sam Bankman-Fried de fraude, lavado de dinero y otros delitos en relación al colapso de FTX. Sam fue arrestado en Las Bahamas. Y la frase “fraude intencional” ha sido articulada por los voceros del departamento. O sea, según los acusadores, el fenomenal colapso de FTX no fue el resultado de un colosal descuido administrativo. Se alega que el Señor Bankman-Fried malversó dinero de FTX para uso personal, pagar deudas de su fondo de cobertura y para dar millones de dólares a candidatos políticos. Ícaro cayó al mar por volar demasiado cerca del sol.
Ahora la presión está cayendo sobre Binance, el exchange de criptomonedas más grande del mundo. El pasado martes 13 se registró un volumen inusual de retiros en el exchange. Según la firma analítica Nansen, los retiros superaron los 1.9 mil millones de dólares en 24 horas. Los retiros de USDC se suspendieron temporalmente debido a un “token swap”. Sin embargo, el pánico, igualmente, se formó. Y los rumores hicieron fiesta en las redes. La chispa que provocó este fuego seguramente fue un reporte de Reuters, en el que se habla de una supuesta investigación judicial contra Binance por parte de fiscales estadounidenses en relación a un presunto caso de lavado de dinero.
Muchos temen que Binance se convertirá en la próxima FTX. Sin embargo, también existe la percepción de que Binance es demasiado grande para caer (“Too big to fail”). ¿Es Binance demasiado grande para caer? La “prueba de reserva” implementada, en realidad, causó más preocupación que tranquilidad por algunos vacíos en el reporte. Para colmo de males, Mazars, el auditor, suspende todos los trabajos con el exchange. ¡Ouch!