Todos a la expectativa por las declaraciones de Jerome Powell, director de la Reserva Federal de los Estados Unidos, para hoy viernes. El mercado no esperaba grandes sorpresas. Sin embargo, sí esperaba obtener una lectura del tono. Las declaraciones finalmente llegaron en la mañana y obtuvimos a un Powell más directo y duro que antes. De este modo, desilusiona a los más optimistas. En otras palabras, este cuento no ha terminado. Todavía hay mucho trabajo por hacer. La Reserva seguirá retirando liquidez hasta lograr el objetivo de inflación de 2% anual. No habrá dudas, ni párpados.
Cierto que la economía ya está dando algunas señales de desaceleración. Los precios de la gasolina han bajado bastante últimamente. Sin embargo, esto no es suficiente para cantar victoria. El rally de julio y agosto se basó en un optimismo exagerado producto de una malinterpretación de la situación. Las falsas expectativas crearon una ola alcista en medio de un entorno bastante incierto. Las declaraciones de Powell cumplieron con la tarea de romper el hechizo.
Bitcoin se montó en este rally de verano con gran ilusión. Pero la fiesta duró lo que tenía que durar. Fue hermoso por un tiempo. La esperanza nos envolvió. Sin embargo, en un mercado tan emotivo y temperamental, las cosas cambian en cuestión de minutos. La gran caída de la semana pasada (motivada por la publicación de las minutas de la Reserva) encontró soporte en los $20.8K. Logramos un tímido rebote. Y consolidamos un estrecho canal ($20.8K-$21.6K) por un tiempo. Claro que hoy con las declaraciones de Powell este soporte está colapsando. Y tenemos el fin de semana para defenderlo o para romperlo de manera definitiva.
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