La semana comenzó con un optimismo triunfal. El precio de Bitcoin subió un peldaño después de un largo periodo de letargo. Lo que es bastante positivo. Es posible que los compradores se hayan inspirado por la hipótesis de que la inflación tal vez ya llegó a su máximo. De ser esto cierto, significa que la Reserva Federal de los Estados Unidos, más pronto que tarde, moderará su política de austeridad monetaria. Esa esperanza, después de varios meses de sudor y lágrimas, cayó como un bálsamo. El mercado necesitaba esa catarsis. Claro que la pasión ha mermado bastante desde entonces. La lucha entre los compradores y los vendedores se ha vuelto más pareja en la medida que el escepticismo y la cautela retornan por estos lares. Es decir, el precio se ha encontrado con una pared que causa resistencia. Gadalf ha dicho: “¡No puedes pasar!” (You shall not pass).
Durante una tendencia alcista, el precio tiene más chance de subir que de bajar. La decisión más razonable es comprar. Durante una tendencia bajista, el precio tiene más chance de bajar que de subir. Entonces, la decisión más razonable es vender. Durante una tendencia lateral, sin embargo, nuestras posibilidades son más parejas. El riesgo suele ser más simétrico durante un periodo de consolidación. Por ende, la incertidumbre se incrementa cuando la tendencia no está muy definida. En estos casos, lo mejor es esperar. O sea, no hacer nada. Porque las probabilidades son casi 50/50. Sería como lanzar una moneda al aire.
¿Qué está pasando ahora? ¿Cómo interpretar estos últimos rallies? Dos opciones. En primer lugar, se podría tratar del fondo. En otras palabras, la reversión del ciclo bajista. El fin del ciclo bajista y el comienzo del ciclo alcista. Definitivamente, sería el mejor momento para comprar. En segundo lugar, se podría tratar de un engaño. Un rally de mercado bajista. Lo que, a veces, se llama una trampa para toros (Bull trap). En ese caso, no es muy sabio comprar, porque seguramente habrá más caídas.
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