La caída del dólar y el petróleo ha despertado el optimismo después de varias semanas de pesimismo. No es raro que en un ciclo bajista tengamos oleadas alcistas. La expectativa en general puede ser bajista, pero eso no significa que el sentimiento todo el tiempo sea bajista. Sobre todo, después de una larga racha roja, el mercado necesita sus respiros. ¿Recuerdan el rally de verano?
Estas oscilaciones intermitentes entre el optimismo y el pesimismo son un reflejo de la volatilidad y la incertidumbre. No es extraño que los inversores sobresalten a las primeras de cambio. Porque el nerviosismo y las dudas están a flor de piel.
La OPEP decidió recortar 100 mil barriles de petróleo de la producción esta semana. Lo que no es mucho. Pero es un primer paso en el intento de rescatar el precio. Debemos recordar que, a principios de junio, el precio del crudo se ubicó en 125$. Esta semana alcanzó los $90 por primera vez desde el pasado mes de febrero. El precio está bajando debido a las expectativas en torno a una desaceleración económica mundial. Sin embargo, los inversores se alegran, porque una baja en el precio del petróleo es una victoria en la lucha contra la inflación.
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