Por Thomas Peter
HONG KONG (Reuters) - Los jóvenes de Hong Kong han liderado las violentas protestas en contra de una propuesta de ley de extradición que sacudieron la ciudad e irritaron a Pekín.
La raíz de las protestas es la preocupación por lo que muchas personas consideran una inexorable erosión de las libertades civiles y de la autonomía de la ciudad por parte de un Pekín siempre entrometido, que se niega a otorgar la plena democracia a la excolonia británica.
Pero muchos de los jóvenes que habitan esta ciudad, una de las más densamente pobladas y caras del mundo, también están enfurecidos por el alto coste de la vida y la sensación de que una casa propia es solo un sueño.
Reuters habló con 11 jóvenes en sus pequeñas habitaciones en las casas de sus padres sobre sus preocupaciones políticas y sus frustraciones sobre la vida en la ciudad.
Sentada sobre sus sábanas de color arcoíris en su habitación de 7,4 metros cuadrados, Eunice Wai, una profesora de primaria de 30 años, explicó cómo la gente de Hong Kong se siente sofocada por Pekín: "Ellos controlan más a la gente y nos dan menos libertad".
Sin embargo, Wai afirma que hay otros problemas que hacen la vida cada vez más difícil, sobre todo lo que calificó como una política de vivienda injusta que solo parece hacer más ricos a los ricos.
"La vivienda es uno de (los problemas) más importantes. Tenemos muy poco espacio en Hong Kong y a las personas les resulta difícil comprar un piso. Las empresas inmobiliarias controlan el mercado", indicó.
---------------------------------------------------------------
Para ver un ensayo fotográfico, clic en https://reut.rs/2Xoh3m2
---------------------------------------------------------------
La excolonia británica regresó al gobierno chino en 1997 bajo la fórmula de "un país, dos sistemas", que permite libertades inexistentes en el continente, como la de manifestación, así como un poder judicial independiente.
No obstante, muchos en Hong Kong critican lo que consideran como un creciente control por parte de Pekín y su negativa a permitir que sus residentes elijan directamente a su líder.
China niega estar interfiriendo en Hong Kong y advirtió esta semana que las protestas violentas sobre el proyecto de ley de extradición fueron un "desafío no disimulado" a la fórmula bajo la cual se rige el territorio.
"SIN ESPERANZA"
Fung Cheng, un diseñador gráfico de 25 años que vive con sus padres y su hermano, descargó su frustración contra un sistema que, en su opinión, le ha robado la oportunidad de tener su propia casa.
Sentado en su litera sobre un escritorio blanco en su habitación de 5 metros cuadrados, Cheng asegura que la gobernadora de Hong Kong, Carrie Lam, quien fue elegida como líder en 2017 en una votación de un colegio electoral aprobado por Pekín, no escuchó a la gente.
"Es el problema del sistema (...) no necesitan una votación para ser el gobierno, no hay democracia", dijo.
Lam suspendió el odiado proyecto de ley de extradición y dijo que caducará el próximo año. Pero los manifestantes quieren su eliminación y exigen la dimisión de Lam.
Michael Ho, un graduado de 24 años que vive con sus padres, dijo que las protestas se debieron también a circunstancias injustas que impiden que los jóvenes vivan sus sueños.
"Los jóvenes no tienen esperanza para crecer o desarrollar sus carreras por el problema de los precios", comentó.
Las personas que buscan viviendas públicas en esta ciudad de 7,4 millones de habitantes tienen que esperar una media de 5,5 años. El espacio habitable promedio es de 40 metros cuadrados.
Roy Lam, que vive con su madre y sus cuatro hermanas, dijo que los jóvenes están decididos a defender lo que merecen, aunque es difícil mantenerse positivo.
"A veces pensamos también: 'abandonemos, vayámonos simplemente a otro sitio'".
(Escrito por Farah Master; editado en español por Carlos Serrano)