Lisboa, 3 may (EFE).- El que fuera "número dos" del Gobierno portugués en la última legislatura, el conservador Paulo Portas, alertó hoy contra los riesgos de permitir que la banca nacional se concentre en manos extranjeras, y más concretamente, españolas.
"El problema no está (...) en la presencia de españoles, sino en que eso se transforme en un monopolio que los propios españoles, en su casa, no aceptarían", defendió en una entrevista a "Diário Económico" Portas, quien fue líder hasta mediados de marzo del democristiano CDS-PP, el partido situado más a la derecha del arco parlamentario luso.
El hoy vicepresidente de la Cámara de Comercio e Industria portuguesa -alejado ya de la vida partidaria- consideró que el país necesita "un sistema financiero equilibrado" y respaldó la actitud del nuevo Gobierno socialista y del jefe del Estado, Marcelo Rebelo de Sousa, a la hora de velar por el interés nacional en el sector.
"Vaya a ver los principales bancos norteamericanos, ingleses, franceses o españoles y vea qué nacionalidad tienen. ¿Y aquí es delito pedir que las cosas sean equilibradas? No creo que sea delito, es lucidez", aseveró Portas en referencia al debate sobre la creciente "españolización" de la banca lusa.
A la reciente compra del banco luso Banif (LS:BANIF) por parte del Santander (MC:SAN) y a la llegada del Bankinter (MC:BKT) -que adquirió el negocio de Barclays- se suman el BBVA (MC:BBVA) y el Popular, que también se encuentran físicamente en suelo luso.
La presencia española la completan el CaixaBank (MC:CABK), principal accionista del Banco Portugués de Inversión (BPI) (LS:BBPI) y que acaba de lanzar una opa para integrarlo en su grupo, y el Sabadell (MC:SABE), segundo mayor accionista del Banco Comercial Portugués (LS:BCP).
Actualmente se calcula que el peso de España en el sector financiero de Portugal ronda el 30 %, un porcentaje que podría aumentar si finalmente la oferta del CaixaBank sale adelante y si una entidad española gana el concurso por el Novo Banco, la tercera mayor entidad del país y que se encuentra a la venta.
"Es evidente que no es igual para las empresas portuguesas con capacidad de inversión, es decir, las más saludables, que los análisis de crédito sean hechos en Lisboa que en Madrid. O en otra capital. Las cosas tienen que ser equilibradas", insistió Portas.