Teresa Bouza
Washington, 10 abr (EFE).- La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, pidió hoy al Banco Central Europeo (BCE) actuar con celeridad contra la baja inflación, que el Fondo ve como una gran amenaza para la economía global.
Lagarde se sumó así al llamamiento realizado esta semana por el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, quien pidió el martes al BCE tomar "todas las medidas necesarias" para prevenir una espiral deflacionista similar a la japonesa.
La deflación, o inflación negativa que conduce a la caída de precios, dificulta tanto el pago de la deuda pública como privada.
El FMI considera que un ciclo deflacionista en la zona euro tendría un efecto negativo, por lo que ve necesario actuar con celeridad en ese frente.
"Obviamente comparto la opinión de mi economista jefe, o sea que está bien eso de que cuanto antes (actúe el BCE) mejor", afirmó hoy Lagarde en rueda de prensa en el marco de la reunión conjunta de medio año con el Banco Mundial (BM) que se celebra en Washington.
La titular del FMI evitó criticar al BCE por su decisión de no tomar cartas en el asunto tras su reunión de la semana pasada.
"Tenemos un diálogo abierto con las autoridades europeas y sentimos un profundo respeto por el criterio del banco central", afirmó la exministra de Finanzas francesa, quien calificó de "esperanzador" el que el BCE haya mostrado su disposición a adoptar "medidas no convencionales" contra la baja inflación.
El presidente del BCE, Mario Draghi, afirmó la semana pasada que el consejo de gobierno del organismo respaldó de forma "unánime" la idea de explorar nuevas avenidas para estimular la inflación, incluida la compra de activos.
"Hubo una discusión sobre la compra de bonos, no es algo que dejásemos de lado", afirmó Draghi en declaraciones a la prensa en Francfort, después de que el BCE decidiese dejar los tipos de interés de referencia en el 0,25 %, un mínimo histórico.
El FMI pronosticó esta semana en su informe semestral "Perspectivas Económicas Globales" que la inflación en Europa será del 0,9 % este año y el 1,2 % el próximo, por debajo del nivel objetivo del 2 % del BCE.
"Creo que es solo una cuestión de tiempo", dijo hoy Lagarde sobre la posibilidad de que el BCE altere su política monetaria, y eso pese a que Draghi no dio muestras de tener prisa la semana pasada, ni de estar dispuesto a ceder a la presión del FMI.
"El FMI ha sido muy generoso con sus sugerencias sobre qué deberíamos de hacer o no hacer (...) Le estamos muy agradecidos", afirmó el ex gobernador del banco central italiano para añadir, a continuación, que "el punto de vista del consejo de gobierno del BCE es, en cierta manera, diferente".
Más allá del fantasma deflacionario en la zona euro, Lagarde dijo hoy que la economía global avanza por el buen camino pero insistió en que la recuperación todavía es "muy débil y muy lenta".
Lamentó, además, el que todavía haya 200 millones de personas sin trabajo en el mundo, según las estadísticas oficiales, y pidió tomar "medidas valientes" para generar un crecimiento "más rápido, más sólido y sostenible".
Afirmó, también, que los países emergentes necesitan mejorar sus políticas macroeconómicas para luchar contra la volatilidad, aunque alertó que habrá que acostumbrarse a vivir con ella, ahora que la Reserva Federal (Fed) de EEUU ha comenzado la retirada de sus medidas de estímulo.
"Los emergentes todavía generan la mayor parte del crecimiento" global, dijo Lagarde, quien afirmó que han sufrido una gran "presión" y "volatilidad" debido al repliegue de estímulos de la Fed, que según el Fondo empezará a subir los tipos de interés a mediados de 2015.
"La volatilidad es algo con lo que vamos a tener que vivir", aseguró Lagarde, quien señaló que en los últimos años hemos estado protegidos por el programa masivo de compra de bonos de bancos centrales como la Fed.
La situación, afirmó, se "normalizará" a medida que la economía global repunta.
Adelantó, por lo demás, que el programa de asistencia financiera a Ucrania actualmente en negociación probablemente esté listo para "finales de abril o comienzos de mayo" y será de entre 14.000 y 18.000 millones de dólares.
El Fondo pronosticó esta semana que la economía mundial crecerá un 3,6 % este año y un 3,9 % el próximo, por encima del 3 % del 2013.