Pekín, 27 ene (EFE).- La agencia de calificación Moody's prevé que China aumente este año su deuda pública hasta alrededor de un 40 % de su producto interior bruto (PIB) y su déficit fiscal hasta entre un 2,5 % y un 3 % del PIB para apuntalar su crecimiento económico.
En un informe publicado hoy, Moody's señaló que mantener un fuerte crecimiento será prioritario para las autoridades de la segunda economía mundial, lo que podría retrasar su desendeudamiento y la erradicación de los excesos de capacidad.
La agencia de medición de riesgos aseguró que las salidas de capitales y la volatilidad de los mercados de valores y de divisas están dificultando que el gigante asiático alcance los objetivos de crecimiento fijados por el Gobierno.
China creció un 6,9 % el año pasado, el ritmo más lento del último cuarto de siglo y que se consiguió, según Moody's, gracias a los "significativos estímulos monetarios y fiscales".
La agencia de calificación asegura que los incentivos adoptados a lo largo de 2015 "aunque apoyaron el crecimiento general del PIB, no han aumentado la rentabilidad en esos sectores de los que la economía se está alejando, como la industria pesada".
"Esperamos que mantener un crecimiento robusto tenga la prioridad. Las autoridades chinas podrían aplicar sustantivas políticas de apoyo para evitar una ralentización más significativa en la economía", se lee en el informe.
Entre esas medidas de estímulo, la agencia de calificación apunta al "gasto dentro y fuera del presupuesto" en proyectos sociales y de infraestructuras que compensen la menor inversión inmobiliaria.
Moody's advirtió de los riesgos de esta política, puesto que estima que una continuidad de los estímulos incrementará el endeudamiento de la segunda economía mundial sin mejorar su rentabilidad.
Las autoridades chinas anunciaron en diciembre, al cierre de su reunión anual de planificación económica, que planeaban aumentar el déficit y que flexibilizar su política monetaria a partir de 2016, aunque añadieron que el objetivo de estas medidas era crear las condiciones adecuadas para adoptar reformas estructurales.