Atenas, 27 jun (EFE).- El Parlamento griego vota hoy la propuesta del Gobierno de convocar un referéndum sobre las medidas propuestas por los acreedores a cambio del desembolso de rescate, una herramienta legal a la que solo puede recurrirse para decisiones sobre "asuntos nacionales críticos".
En Grecia, la Constitución estipula que un referendo lo debe convocar formalmente el presidente de la República a petición de la mayoría absoluta (151 diputados) de los miembros del Parlamento.
Una vez que el Parlamento aprueba la propuesta de celebrar un referendo, el presidente lo tiene que convocar en un plazo de diez días, sin que haya una fecha explícita de cuándo debe celebrarse posteriormente la consulta.
En este caso, el presidente, Prokopis Pavlópulos, ya cuenta con una petición del primer ministro, Alexis Tsipras, de celebrar el referéndum el 5 de julio.
La pregunta sobre la que deberán pronunciarse los ciudadanos es si aceptan o no las medidas propuestas por las instituciones -Comisión Europea, Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional- a cambio del desembolso del rescate pendiente.
Los que están de acuerdo con esta propuesta deberán votar "se aprueba/sí", mientras los que la rechazan deberán votar "no se ".
A lo largo de los casi dos siglos de existencia del Estado griego se celebraron siete referendos, todos en el siglo veinte y todos con la misma pregunta: si Grecia iba a ser una república o una monarquía.
El último se celebró el 8 de diciembre 1974, cinco meses tras la caída de la dictadura de los coroneles y el pueblo heleno se pronunció por una mayoría del 69 % a favor de la república, lo que llevó a la abolición de la monarquía.
En octubre de 2011, el entonces primer ministro Yorgos Papandreu, tras haber firmado un acuerdo con los socios europeos que preveía una quita parcial de la deuda griega y un préstamo de 130.000 millones de euros bajo condiciones de austeridad draconiana, quiso legitimarlo a través de la convocatoria de un referendo.
El anuncio del referendo provocó la reacción airada de toda la oposición y de buena parte de su propio partido, los socialdemócratas de Pasok.
Unos días después, Papandreu presentó su dimisión y el 11 de noviembre 2011 se formó el gobierno del exbanquero Lukás Papadimos, con el apoyo del socialdemócrata Pasok, de la conservadora Nueva Democracia y del partido ultraderechista Laós.