París, 11 feb (EFE).- La crisis hundió el pasado año la cuenta de
resultados de Renault, que perdió 3.125 millones de euros después de
haber ganado 571 millones en el ejercicio precedente, según las
cifras presentadas hoy por el presidente de la compañía, Carlos
Ghosn.
El presidente de Renault añadió que, ante las malas perspectivas
en su mercado doméstico europeo en 2010, se ha fijado como objetivo
declarado reducir su deuda.
"2009 fue un año difícil para la industria automovilística",
explicó al presentar estas cifras el presidente de Renault, Carlos
Ghosn, que en sus comentarios sobre 2010 no pudo sino constatar que
"será un año difícil" para su empresa, teniendo en cuenta que sus
principales mercados están en Europa, y el Viejo Continente sufrirá
un descenso de ventas del orden del 10%.
Casi la mitad de las pérdidas del pasado año (1.561 millones de
euros) fueron imputables a sus participaciones en los otros tres
fabricantes con los que está asociado: Nissan (902 millones),
AvtoVaz (370 millones) y Volvo (301 millones).
Pero más allá de esas alianzas, lo cierto es que la rentabilidad
de sus propias actividades, en forma de resultado de explotación,
sufrió un descalabro mayúsculo, con una pérdida de 955 millones de
euros, tras los 117 millones también negativos de 2008, y sobre todo
muy lejos de los 1.238 millones positivos de 2007.
La facturación se redujo en un 10,8% hasta 33.712 millones de
euros, por el descenso del 3,1% de sus ventas mundiales de coches
(2.308.626) pero también por una reducción del precio medio de los
automóviles (eso tuvo un impacto negativo de 2,8 puntos sobre el
volumen de negocios de la actividad automovilística), la disminución
de las ventas de componentes (4,8 puntos menos) y por la fortaleza
del euro frente a otras divisas (-2,5 puntos).
Además, los ingresos del negocio de financiación descendieron un
12% a 1.761 millones de euros.
En este contexto poco halagüeño, Renault espera volver a tener en
2010 por segundo año consecutivo un flujo de caja positivo que le
permita reducir su endeudamiento en 2.023 millones para dejarlo en
5.921 millones a fecha del 31 de diciembre, un 35,9% de sus
capitales propios (40,9% un año antes).
Ghosn dijo que el objetivo es que el endeudamiento baje de los
3.000 millones de euros y que para eso habrá que ceder activos, pero
descartó, al menos por el momento, vender la participación en Volvo
por considerar que su valoración actual es muy baja y porque la
situación financiera no le obliga.
Sobre la rentabilidad, a falta de comunicar previsiones cifradas
Ghosn precisó que el objetivo de un flujo de caja positivo será
difícil conseguirlo si el margen operativo no es también positivo
(en 2009 presentó un déficit de 396 millones de euros).
Reconoció no ser optimista sobre los precios a que habrán de
vender sus coches en Europa teniendo en cuenta las condiciones "muy
duras" de la competencia en este mercado en fuerte caída.
Uno de los elementos de su política de ajuste será una reducción
de plantilla suplementaria de 1.000 empleados este año, que se
vendrán a añadir a los 7.000 de 2009, que se concentrará sobre todo
en Europa y será en particular consecuencia de la no sustitución de
personas que se jubilen y de trabajadores que dejen la empresa.
El presidente de la marca del rombo dijo entender las
preocupaciones de los países donde está presente por la continuidad
de la carga de empleo de las fábricas para mantener el empleo, y
subrayó que las garantías que puede dar al respecto está
condicionada a la competitividad que se ofrezca.
Ghosn avanzó que prepara un nuevo programa de desarrollo de
Renault, que se formalizará cuando las condiciones del mercado
automovilístico vuelvan a la normalidad, algo que espera que ocurra
de aquí a comienzos de 2011 y proyectándose más allá de la crisis
insistió en que "el crecimiento vendrá de los mercados emergentes" y
que "la consolidación en la industria automovilística continuará".
Explicó que Renault, y su socio japonés Nissan (que él mismo
preside igualmente), mantienen conversaciones con otros fabricantes
automovilísticos -confirmó que el alemán Daimler es uno de ellos-,
pero no dio más pistas sobre el estado de esos contactos.
Sólo comentó que no tienen obligación de llegar a acuerdos pero
que si se formalizan no será para establecer cooperaciones
puntuales, sino "estratégicas", con vistas a la ampliación de su
alianza que, recordó, es "abierta". EFE