En Argentina, un país que lucha contra las tasas de inflación más altas del mundo, se observan indicios de una lenta desaceleración en el aumento de los precios. Sin embargo, esta ligera ralentización hace poco para aliviar las presiones financieras sobre los ciudadanos, cuyos ingresos permanecen estancados en medio del creciente costo de bienes y servicios esenciales.
Los habitantes de Buenos Aires, como el profesor universitario Daniel Vázquez, expresan su frustración por la creciente brecha entre los precios y los salarios. "Estamos perdiendo la noción de lo que es caro y lo que es barato", afirma Vázquez, destacando la lucha diaria para hacer frente al creciente costo de vida.
Los analistas prevén que la tasa de inflación anual para 2024 rondará el 124%, a pesar de una proyectada disminución a una tasa mensual del 3,5% para septiembre y octubre. No obstante, la tasa de inflación anual a agosto era alarmantemente alta, situándose en el 237%.
Las medidas de austeridad implementadas por el presidente libertario Javier Milei, que incluyen recortes en los subsidios a la energía y el transporte, han resultado ser un arma de doble filo. Si bien están destinadas a reducir el gasto del sector público y recortar las operaciones del gobierno, estas medidas han exacerbado la recesión y han elevado las tasas de pobreza a aproximadamente el 53%.
El impacto de estas políticas financieras se siente en todos los sectores de la sociedad. Iván Cortesi, un programador informático de 30 años, señala que si bien los precios de los alimentos se han mantenido relativamente estables durante el último mes, los costos de los servicios públicos han aumentado significativamente.
La decisión del presidente Milei de devaluar la moneda local al asumir el cargo en diciembre y sus agresivas reducciones de gastos han golpeado duramente a varios grupos, particularmente a los trabajadores informales, funcionarios públicos, jubilados, médicos y maestros.
En un reciente desarrollo político, el Congreso de Argentina no pudo revertir el veto del presidente Milei a una legislación destinada a ajustar el financiamiento universitario de acuerdo con la inflación. Esta decisión se produjo tras protestas generalizadas de estudiantes y personal universitario. Milei ha declarado reiteradamente que vetará cualquier legislación que considere que podría amenazar la estabilidad fiscal.
Los desafíos que enfrentan los argentinos persisten mientras el país navega por la turbulencia económica, con una inflación alta que solo se desacelera marginalmente y medidas gubernamentales que afectan la capacidad de la población para hacer frente a los crecientes gastos.
Reuters contribuyó a este artículo.
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