Bruselas, 4 dic (EFE).- Europa ha mostrado hoy a General Motors
(GM) que va a estudiar el plan de reestructuración de su filial
europea Opel de manera coordinada, crítica y con una visión a largo
plazo, para evitar una guerra de subsidios, al acordar que sea la
Comisión Europea (CE) la primera en pronunciarse.
Los ministros de Industria de la Unión Europea (UE) así lo ha
decidido hoy después de reunirse con la cúpula del gigante
automovilístico estadounidense en Europa, encabezada por su
presidente Nick Reilly, y con responsables de la Comisión Europea
(CE), en un almuerzo de trabajo celebrado en Bruselas.
"Hemos decidido que la comisaria europea de Competencia (la
holandesa Neelie Kroes) haga una evaluación del plan de General
Motors, antes de que los estados miembros negociemos bilateralmente
posibles apoyos financieros", explicó el ministro de Industria
español, Miguel Sebastián, al salir de la comida.
El presidente de GM en Europa explicó a los presentes que aún no
ha terminado de esbozar el plan, pero precisó que necesita una
inyección de 3.300 millones de euros y que espera conseguir 2.700 de
ellos de ayudas públicas.
Reilly sí se comprometió a ofrecer los detalles de su proyecto en
las próximas "dos o tres semanas de trabajo", con lo que calculó que
estará en disposición de entregárselo a los Gobiernos y a la
Comisión entre "finales de diciembre y principios de enero".
La Comisión, por su parte, se ofreció a hacer una evaluación lo
antes posible del plan, en un plazo inferior a las dos semanas, con
el objetivo de dejar el tema resuelto antes de la renovación de la
CE, que ocurrirá a finales de enero, según contó el presidente del
gobierno regional de Flandes, Kris Peeters.
El nuevo Ejecutivo comunitario sí será responsable de hacer una
aprobación "a posteriori" de las ayudas que finalmente se pacten.
Sin embargo, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, descartó
que el Gobierno español financie el plan de reconversión industrial
de General Motors para las plantas de Opel en España si éste no
cuenta con la aprobación de la plantilla.
"La probabilidad de que seamos uno de los estados que den ayudas
es baja porque el plan que nos está presentando GM no tiene el apoyo
de los trabajadores", aseguró el ministro.
"Vamos a ver el plan industrial y vamos a ver si presenta un
proyecto que sea viable. Porque lo importante es que el apoyo
financiero no signifique un coste para los contribuyentes
españoles", añadió.
"El apoyo de los trabajadores es una condición necesaria, pero no
suficiente", insistió.
En ese sentido, Sebastián reconoció que Reilly había hecho una
presentación "muy positiva, con mucho futuro", destinada a "tocar la
fibra sensible tanto de la Comisión como de los estados miembros,
que apoyamos un sector del automóvil con un futuro".
Pero se encontró con unos ministros que, al menos en público, han
sido exigentes con la compañía y han abogado por dar una respuesta
coordinada de todos los países al plan industrial.
General Motors "tiene que asumir sus responsabilidades" y los
estados miembros "saben que cualquier apoyo que den tendrá que
responder a criterios estrictos y ser transparente", aseveró la
ministra sueca de Empresas y Energía, Maud Olofsson, que presidió el
almuerzo de trabajo.
"Algunos países se enfrentan a una situación "cuasi
catastrófica", por la aportación que representa el sector
automovilístico, pero "es necesaria la reestructuración", insistió
Olofsson.
Por su parte, el vicepresidente de la Comisión Europea encargado
de la política industrial, el alemán Günter Verheugen, ha confirmado
en la misma rueda de prensa que el plan de GM "no está listo", pero
ha resaltado el compromiso de que sea "un plan único", que no se
modifique en función de conversaciones bilaterales con cada capital.
La comisaria para la Competencia, Neelie Kroes, que será la
encargada de examinar el plan, ha dejado claro que los gobiernos
tendrán que notificar cada ayuda prevista y "esperar al visto bueno"
de la Comisión. EFE