Macarena Vidal
Washington, 25 ene (EFE).- El presidente de Estados Unidos,
Barack Obama, dio a conocer hoy un conjunto de medidas para
beneficiar a la clase media, como parte de una serie de anuncios
económicos con los que trata de recuperar la iniciativa política.
Obama compareció junto al vicepresidente Joe Biden, con quien
presidió hoy una reunión del Grupo de Trabajo para la Clase Media en
la Casa Blanca para anunciar las medidas que buscan beneficiar a una
clase media que, según dijo, "ha estado bajo asalto durante largo
tiempo" y "ha recibido el gran impacto de la crisis económica".
Entre las medidas anunciadas hoy, resultado de las sugerencias
del Grupo de Trabajo, se encuentra el aumento de la desgravación
fiscal por hijo o familiar dependiente, que se doblará para las
familias que ingresen menos de 85.000 dólares al año.
Asimismo, se aumentará a 1.600 millones de dólares la dotación
presupuestaria para el cuidado infantil.
Las medidas anunciadas prevén también la expansión de las
desgravaciones para los planes de jubilación y la creación de un
sistema de planes individuales de ahorro para el retiro en el lugar
de trabajo.
Incluyen también la creación de un programa que limite los pagos
de los préstamos estudiantiles a un 10 por ciento de los ingresos
por encima de "un nivel de vida mínimo".
Igualmente, las propuestas del Obama prevén aumentar el apoyo a
las familias trabajadoras que tienen a su cargo dependientes
ancianos, "para ayudarles a combinar sus múltiples responsabilidades
y facilitar que los mayores vivan en la comunidad tanto tiempo como
sea posible".
Ante el grupo de trabajo, formado entre otros por la secretaria
de Empleo, Hilda Solís, y el secretario del Tesoro, Timothy
Geithner, Obama subrayó que, en cualquier caso, la prioridad será la
creación de puestos de trabajo.
"Crear puestos de trabajo de calidad y sostenibles es lo más
importante que podemos hacer para reconstruir la clase media",
señaló, ante unos índices que apuntan un desempleo del 10 por ciento
entre la población estadounidense en general y un 12,9 por ciento
entre la comunidad hispana.
En los últimos días, el gobernante estadounidense ha adoptado un
tono más populista en sus comparecencias.
Así, Obama anunció el pasado jueves una propuesta para limitar el
tamaño y las actividades de los bancos comerciales, y el viernes, en
una comparecencia sin corbata ante los votantes en Ohio, aseguró que
"mantendrá la lucha" para sacar adelante sus propuestas.
En parte, el cambio de tono busca recuperar la iniciativa
política tras el golpe que supuso la derrota demócrata la semana
pasada en unas elecciones al Senado en Massachusetts, uno de los
estados más progresistas del país, y que supuso la pérdida de la
mayoría absoluta de ese partido en la Cámara Alta.
También responde a una caída en las encuestas de la popularidad
del presidente, que se encuentra en torno al 50 por ciento y que ve
cómo los votantes independientes -que se inclinaron por él
abrumadoramente en las elecciones de 2008- se le muestran cada vez
más escépticos.
Obama y sus asesores han llegado a la conclusión de que lo mejor
que pueden hacer es centrarse en lo que de verdad le duele al
estadounidense medio: el bolsillo.
Las iniciativas planteadas hoy formarán parte de uno de los hilos
conductores del discurso sobre el Estado de la Unión, que el
presidente pronunciará este miércoles ante ambas Cámaras del
Congreso y en el que expondrá sus prioridades legislativas para este
año.
Según ha apuntado ya la Casa Blanca, ese discurso tendrá como
ejes la economía, la educación, la energía y un llamamiento a dejar
atrás las divisiones partidistas en Washington.
El discurso en hora de máxima audiencia -las 21.00 hora local
(02.00 GMT del jueves)-, con el que Obama intentará dar un golpe de
timón y recuperar la iniciativa política tras los últimos reveses,
tendrá como complemento la presentación de su propuesta de
presupuesto federal el próximo lunes. EFE