Bruselas, 9 may (EFE).- Los gobiernos europeos estudian en
Bruselas un masivo plan de estabilización financiera, como respuesta
a la crisis de la deuda originada en Grecia, que superaría los
500.000 millones de euros, según fuentes diplomáticas.
Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea debaten
la creación de un mecanismo urgente que permita desde mañana mismo,
cuando abran los mercados, acudir en ayuda de un estado de la zona
euro con problemas de solvencia.
Para rescatar a Grecia, los socios europeos tuvieron que ponerse
de acuerdo sobre una ayuda "ad hoc" de 110.000 millones de euros en
tres años, basada en préstamos bilaterales y una sustancial
contribución del Fondo Monetario Internacional (FMI), que requirió
más de tres meses de negociaciones.
Los Veintisiete discuten esta noche una propuesta de la Comisión
Europea destinada a crear un mecanismo permanente con varios
elementos.
El instrumento propuesto por la CE parte de algo que ya existe,
la facilidad financiera para la balanza de pagos, que permite a la
Comisión captar dinero en los mercados de capitales para prestarlo a
los estados miembros con problemas a un precio muy favorable,
aprovechando la máxima calificación crediticia (AAA) de la que goza
la Unión.
Esta facilidad tiene un límite marcado por el presupuesto
comunitario (50.000 millones de euros) y el tratado sólo autoriza a
usarla con los países de la Unión Europea que no sean miembros del
euro.
La Comisión ha propuesto por ello crear una facilidad parecida,
basada en otro artículo del tratado, para poder usarla también
dentro de la Eurozona y dotarla de al menos 60.000 millones de
euros.
Paralelamente, Bruselas considera necesario que los estados
miembros del euro aporten conjuntamente garantías de crédito
adicionales, de manera que la CE pueda lanzar empréstitos sin el
límite que supone el presupuesto comunitario.
Según fuentes diplomáticas, el efecto combinado de estas dos vías
permitiría movilizar más de 500.000 millones de euros, en caso
necesario.
Los ministros han tenido que recurrir a los expertos del Comité
Económico y Financiero para analizar los problemas jurídicos y
técnicos que plantea todavía la creación del mecanismo.
Los países europeos que no han adoptado el euro exigen no verse
obligados a aportar su garantía a los fondos adicionales que
Bruselas reúna.
Alemania exige, por su lado, que el Fondo Monetario Internacional
quede involucrado en la definición de las rigurosas condiciones de
ajuste y reformas que se aplicarían a los estados que recurrieran a
la ayuda de sus socios, como ha ocurrido ya en el caso de Grecia.
EFE