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Fráncfort (Alemania), 27 feb (.).- El Banco de Pagos Internacionales (BPI (ELI:BBPI)) considera que lo apropiado es "no declarar victoria demasiado pronto" en la lucha contra la inflación, que ahora va a ser más difícil llevarla hasta el 2 %, por lo que es necesario subir más los tipos de interés.
El jefe del departamento Monetario y Económico del BPI, Claudio Borio, dijo al presentar el informe trimestral de la entidad que "cuanto más tiempo tarden los mercados en reconocer que la restricción es la respuesta de los bancos centrales" para frenar la demanda, mayor es la probabilidad de que se produzca una abrupta corrección de los precios posteriormente.
Por ello, Borio considera que es importante que se reduzca esta distancia entre las expectativas de los mercados y las intenciones de los bancos centrales.
Las expectativas de los mercados de "bajadas significativas de los tipos de interés a corto plazo se fortalecen" pese a que los bancos centrales han comunicado con cautela las perspectivas de la política monetaria.
Varios de los principales bancos centrales del mundo han ralentizado las subidas de tipos de interés, pero se han mostrado cautelosos sobre los próximos pasos porque se mantiene la fortaleza en el mercado laboral, según el BPI, cuya sede se encuentra en la ciudad suiza de Basilea.
Los futuros sobre tipos de interés transmiten la expectativa del mercado de que las subidas de las tasas de interés finalizarán antes de finales de año y que les seguirán bajadas fuertes en 2024.
Pero, añade Borio, "los bancos centrales no han dado indicaciones de que la relajación monetaria está en el horizonte porque la inflación sigue elevada y los mercados laborales están ajustados".
Recientemente los mercados han revisado algo alza sus pronósticos de la tasa de interés terminal de la Reserva Federal (Fed) y del Banco Central Europeo (BCE), la tasa a la que terminarán de subir los tipos de interés en este ciclo.
Los tipos de interés de la Fed se sitúan ahora en un rango entre el 4,50 % y el 4,75 %, los del BCE en el 3 % y los del Banco de Inglaterra en el 4 %.
La Fed y el BCE han comunicado que van a incrementar más sus tipos porque la inflación subyacente, que excluye la energía y los alimentos frescos, sigue muy elevada.
Los mercados financieros siguen sin convencerse de que los tipos seguirán elevados durante más tiempo pese a que muchos bancos centrales tratan de convencerlos porque bajar más la inflación va a ser ahora más complicado.
La inflación bajó el año pasado en la medida en que los bancos centrales subían sus tipos y en que bajaban los precios de la energía.
En el 90 % de las economías avanzadas la inflación supera el 5 % y en casi el 90 % de las emergentes, también.
Pero los mercados perciben que se han moderado los riesgos inflacionistas, según el BPI.
La inflación cae pero el mercado laboral de EEUU sigue muy fuerte y crea más empleo de lo que se esperaba sin que las reclamaciones salariales sean muy elevadas, una situación que ha sorprendido a la banca central.
Será determinante para los próximos pasos de la política monetaria qué ocurra con los salarios y los precios, pero Borio advierte de que el peligro es "hacer demasiado poco".
A comienzos de mes, recuerda el BPI en el informe, los datos de EEUU mostraron que su mercado laboral es fuerte, por lo que los mercados reajustaron sus expectativas sobre la inflación.
En general, los salarios han subido de forma contenida hasta ahora, pero podrían hacerlo con más fuerza con retraso y entonces presionarán al alza los precios.
La inflación subió tanto en 2022 como consecuencia de los estímulos monetarios y fiscales aplicados para afrontar las consecuencias económicas de la pandemia, de la apertura de las economías en la medida que remitía la pandemia y del fuerte encarecimiento de la energía y las materias primas tras la invasión de Rusia a Ucrania.
De hecho, la inflación no subió tras los estímulos monetarios aplicados tras la gran crisis financiera global, sino que lo ha hecho tras la pandemia y de la guerra, impactos que han generado inflación de los costes de la electricidad y los alimentos, no de la demanda.
El dinero creado por los bancos centrales se quedó en los propios bancos centrales como depósitos remunerados, no se multiplicó en forma de créditos, ni creó más dinero que generara inflación.
De este modo, los bancos comerciales no multiplicaron el crecimiento de la base monetaria.
De momento, la inflación procedente de los problemas de suministro y de las materias primas remite, pero el segundo hito del proceso inflacionario va a ser más difícil de doblegar y va a llevar más tiempo.