Lima, 28 abr (EFE).- El gremio cafetero de Perú urgió este viernes al Gobierno una reunión para elaborar un plan adecuado a la nueva normativa de la Unión Europea (UE) que prohibirá la importación de ciertos productos provenientes de áreas deforestadas, pues alertó que de no hacerlo "caerán drásticamente las exportaciones".
A través de un comunicado, el presidente de la Junta Nacional del Café (JNC), Tomás Córdova, instó a una "pronta reunión" con funcionarios de la Presidencia del Consejo de Ministros, de los ministerios de Agricultura y del Ambiente, y de la Comisión de Promoción del Perú para la Exportación y el Turismo (Promperú) para elaborar "un plan de reconversión de la caficultura".
Alertó que, de no adecuar las normas internas al "carbono cero", "caerán drásticamente las exportaciones del grano aromático" porque más del 50 % de los embarques tiene como destino el continente europeo.
"Estamos en una situación muy crítica, pues la norma de la UE no solo exige que los productos agrícolas cuenten con garantía de que no provengan de zonas deforestadas, sino que sean tierras reconocidas, pero el 80 % de los terrenos donde se cultivan café no tienen título de propiedad", advirtió Córdova.
Agregó que varias cooperativas cafetaleras de Perú han desarrollado experiencias de agroforestal en las fincas de café de sus socios, pero insistió en que se requiere de la participación del Estado para "masificar estas experiencias y así poder cumplir las normas del mercado europeo".
El Parlamento Europeo aprobó este mes una ley pionera para evitar que las importaciones a la UE de ciertas materias primas y productos derivados como el aceite de palma, el vacuno, la soja, el café, el caucho, la madera o el chocolate causen la deforestación en terceros países.
La nueva normativa, que aún debe ser ratificada formalmente por el Consejo de la UE, pretende abordar el problema que supone la pérdida de masas forestales, ya que cada año se destruyen en el mundo 10 millones de hectáreas de bosques, según datos de la ONU, lo equivalente a un territorio más amplio que Portugal.
Se calcula que entre 1990 y 2020 el planeta ha perdido una superficie forestal equivalente al territorio que ocupa la Unión Europea, y el consumo dentro de los países que la conforman es responsable del 10 % de esa forma de degradación ambiental que implica una pérdida de diversidad y acelera la crisis climática, según datos del Consejo de la UE.