Barcelona, 15 feb (.).- Los sindicatos CCOO y UGT Fica han denunciado que la nueva propiedad de Celsa ha comenzado un "expolio programado" del grupo, al "poner a la venta" sus activos en Polonia, Noruega y el Reino Unido.
En un comunicado conjunto, ambas organizaciones señalan que "esta estrategia va claramente en contra de los intereses industriales y económicos del grupo", ya que la mitad de su resultado bruto de explotación (ebitda) procede del negocio en esos países.
La eventual venta, añaden, supondría "un claro retroceso en la capacidad de generación de rentabilidad y sostenibilidad en Celsa" y genera "un alto grado de incertidumbre en el futuro industrial y laboral de todas las plantas del grupo en España".
Es por ello que CCOO y UGT Fica quieren reunirse con el ministerio de Industria y Turismo, para que el Ejecutivo central "prohíba claramente las desinversiones programadas y contemplen la rápida entrada del socio industrial siderúrgico español".
Precisamente ayer miércoles, en declaraciones a los periodistas, el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, reivindicó su "compromiso en la defensa de los proyectos industriales".
Indicó que esta multinacional siderúrgica "es una de las empresas más estratégicas que hay en Cataluña y en el resto de España", y agregó: "Defenderemos los proyectos industriales y esta es una de las condiciones que los accionistas (de Celsa) conocen perfectamente".
"Lo que es interesante es que Celsa incorpore a un socio industrial capaz de garantizar una actividad fundamental para la autonomía estratégica del país", concluyó.
Celsa cambió de propietarios el pasado mes de septiembre, cuando el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Barcelona dio vía libre a los fondos (entre los que se cuentan Deutsche Bank (ETR:DBKGn), SPV Global, Sculptor Investment o Anchorage Capital) para tomar su control, hasta entonces en manos de la familia Rubiralta, fundadora del grupo.
La toma de control por parte de los fondos recibió el aval del Gobierno con la condición de que se implementara un consejo independiente, se mantuviera su plantilla y sus capacidades productivas en España y se incorporase a un socio industrial para fortalecer la gestión de la compañía, un extremo que todavía debe concretarse.