Fráncfort (Alemania), 27 may (EFE).- Los créditos a las empresas crecieron en la zona del euro en abril un 1 %, frente al mismo mes del pasado año, dos décimas más que en marzo, si bien la expansión monetaria es todavía moderada.
El Banco Central Europeo (BCE) informó hoy de que la masa monetaria en circulación, medida por el agregado M3, creció en abril un 2 % interanual, tres décimas menos que en marzo, por la caída en el M1.
Entre febrero y abril, la tasa de crecimiento interanual del M3 fue del 2,1 %, una décima más que entre enero y marzo.
El crecimiento interanual de los préstamos al sector privado fue en abril del 2,6 %, frente al 2,5 % de marzo.
Además, los créditos al sector privado crecieron un 0,2 % respecto al mes anterior.
El agregado M3 comprende el efectivo en circulación, depósitos a la vista y a plazo hasta dos años, depósitos disponibles hasta 3 meses, cesiones temporales de deuda y fondos de inversión en activos del mercado monetario (FIAMM).
En concreto, el M1 agrupa los depósitos a la vista y la moneda en circulación.
Los créditos a los hogares aumentaron en abril un 3,4 %, como en marzo.
El analista de Commerzbank Michael Schubert consideró que el ritmo de expansión monetaria es actualmente moderado, hecho que no va a detener al BCE de subir más los tipos de interés en los próximos meses.
El BCE ha hecho hincapié en los últimos meses que la liquidez monetaria es amplia y puede facilitar la acomodación de presiones sobre los precios.
La tasa rectora del BCE se sitúa ahora en el 1,25 % y los mercados descuentan un nuevo incremento en julio.
El crecimiento de la masa monetaria en circulación se aleja del valor que recomienda el BCE para mantener la estabilidad de precios, que es una expansión del M3 del 4,5 %.
La expansión interanual de los préstamos para el pago de una vivienda se mantuvo en abril en el 4,4 %, como el mes anterior, mientras que la tasa interanual de crecimiento de los créditos de consumo se contrajo el mes pasado un 0,6 %, una décima menos que el mes anterior.
La medición del dinero en circulación constituye uno de los dos pilares en los que el banco emisor europeo basa su política monetaria, cuyo fin es lograr la estabilidad de los precios y sirve de referencia a la entidad para poder prever la inflación en los países que comparten el euro. EFE