La Paz, 21 oct (.).- Los vendedores de carne de res, pollo y cerdo de la región boliviana de La Paz realizaron este lunes una huelga por el incremento de precios y pidieron al Gobierno de Luis Arce medidas para frenar la exportación o salida de sus productos a mercados del exterior.
"Los costos se han incrementado excesivamente para nuestra población, lamentablemente no se ha podido solucionar. El incremento es masivo en abarrotes e implementos de aseo", dijo a EFE Róger Aranda, quien se dedica a la venta de carne de res.
Aranda explicó que hace como un mes el kilo de carne de primera mano costaba unos 23 bolivianos (3,3 dólares) y que ahora el valor ascendió a 34 bolivianos (casi 5 dólares), por lo que la población ha optado por reducir el consumo de ese alimento.
"La venta ha bajado totalmente, antes (los clientes) se llevaban un kilo, ahora medio o cuarto (kilo) ¿Qué vamos a hacer?", fue su reclamo.
Cientos de integrantes de las asociaciones de carniceros de La Paz y El Alto marcharon desde el límite de ambas ciudades hasta el centro de la sede de Gobierno para hacer escuchar su protesta.
Además que mantuvieron cerrados sus puestos de venta en los diferentes mercados con carteles que explicaban al público las razones del cierre momentáneo.
"No a la exportación de carne", "no al contrabando de ganado" y "militarización de fronteras", eras algunas de las exigencias que los comerciantes mostraban en las pancartas de la movilización.
Remedios Machicado, una mujer aimara, contó a EFE que debido al costo de la carne y de los condimentos no ha podido vender con normalidad los embutidos que suele preparar, ya que sus clientes le han reclamado por el precio o decidieron comprarle menos.
"Es excesivo el precio del pollo, que rebaje. El Gobierno que se ponga la mano al pecho", fue la petición de Sofía Colque en declaraciones a EFE.
La protesta en La Paz y El Alto se suma a otras que se efectuaron hace algunos días en Santa Cruz, la mayor región de Bolivia, en donde hubo protestas de cacerolas vacías de sectores como las amas de casa, maestros, juntas vecinales y ancianos, por el incremento de los productos de primera necesidad.
Bolivia registró en septiembre una inflación acumulada de 5,5 %, la más alta en una década, que el Gobierno consideró fue por el "contrabando a la inversa" o salida ilegal de alimentos a los mercados de los países vecinos en los que tienen un valor mayor.
El presidente Luis Arce instruyó hace algunos días la "militarización" de las fronteras con la finalidad de reforzar los controles que impidan la fuga de los alimentos de primera necesidad, así como el "ganado en pie" o no sacrificado para el consumo.
El Ejecutivo tomó algunas medidas progresivas desde agosto como la eliminación de aranceles a la harina de trigo, artículos de limpieza e higiene personal y a las importaciones de arroz, con lo que busca estabilizar los costos.
Asimismo, los sectores leales al expresidente Evo Morales (2006-2019) sostienen desde la anterior semana un bloqueo de caminos con exigencias para resolver la situación económica, aunque también sus pedidos buscan que se levanten los procesos judiciales contra el también líder del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS).
Algunos expertos y dirigentes sociales coinciden en que el incremento de precios se debe a la falta de dólares que persiste desde 2023 junto a la irregular provisión de combustibles.
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