José Luis Paniagua
Panamá, 1 may (EFE).- El director general de la Organización de
las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO), Jacques Diouf,
asegura que las causas que originaron la crisis alimentaria de 2007
y 2008 continúan presentes y subraya que no se pueden dar soluciones
al hambre sin aumentar los recursos empleados para erradicarla.
En una entrevista con Efe, Diouf afirmó que los biocombustibles
no son un problema para la alimentación sino las políticas con que
se manejen, y que lograr reducir el hambre en el mundo a la mitad,
como se fijó en los Objetivos del Milenio, sólo es utópico si se
trata de conseguir con políticas equivocadas.
El funcionario senegalés, que ha asistido a la reunión regional
de la FAO en Panamá, aseguró que "la causa fundamental estructural"
para la falta de alimentos en el mundo "es la bajada de las
inversiones al sector".
"No se puede reducir la parte de la ayuda al desarrollo que va a
la agricultura de 19% en 1980 a 3% en 2006 y esperar que la
producción vaya a aumentar, en un momento en que la población
aumenta a un ritmo de 78,5 millones (personas) por año", dijo.
Recordó que en 2007, cuando se fraguó la crisis alimentaria se
conjugaron factores como el que las reservas estaban en sus niveles
más bajos en 30 años, con 427 millones de toneladas de granos,
mientras el biocombustible generó una demanda de más de 100 millones
de toneladas y se producían desastres meteorológicos como
consecuencia del cambio climático.
"Si excluimos el nivel de reserva (ahora alrededor de 510
millones de toneladas), todos los otros factores que nos han puesto
en una situación de crisis continúan", subrayó Diouf, al asegurar
que si se produce sequía o inundaciones en zonas de gran producción
o fuertemente exportadores se va a ir "a una nueva crisis".
Recordó que la FAO comenzó a advertir del problema de la
seguridad alimentaria en 1994, pero que "es cada Gobierno el que
tiene que adoptar sus políticas y el que tiene que asegurar su
desarrollo económico y social".
"Sabemos lo que hay que hacer pero no tenemos los instrumentos
para hacerlo porque el presupuesto nacional es una cuestión de
soberanía nacional, de los Parlamentos, de los gobiernos", dijo.
También indicó: "desgraciadamente fue necesario tener la crisis
de 2007 y el 2008 con el aumento a más de mil millones de
hambrientos en el mundo, las manifestaciones en las calles en 30
países en el mundo, con personas muertas, heridas (...) para darse
cuenta de que no sólo teníamos un problema a nivel ético con el
número de pobres y hambrientos".
"Teníamos un problema de paz y seguridad con la falta de
prioridad política y de voluntad política a favor de este sector",
agregó.
Además, destacó que esta década dejó lecciones como el que "la
política de apertura comercial, de liberalización para llegar a un
equilibrio más efectivo del uso de los recursos de los diferentes
países" en los años 80 y 90 "no ha funcionado".
"Eso lo hemos visto con la crisis económica y financiera, y lo
hemos visto con la crisis alimentaria de 2007 y 2008", acotó.
Ahora, afirmó, "muchos países están revisando estas políticas" y
otros que no habían seguido este camino, como Brasil, que "dieron la
prioridad a su sector de agricultura (...) han visto un mejoramiento
en su seguridad alimentaria".
Sobre los biocombustibles, señaló que son un factor que en un
periodo en el que "la demanda había aumentado y el nivel de reservas
era el más bajo en 30 años, tuvo como consecuencia el alza de los
precios", pero matizó que no son estos combustibles sino "las
políticas con que se usen" las que pueden generar problemas para la
alimentación mundial.
Diouf negó que el aumento de los precios de los alimentos supone
una oportunidad para países productores y exportadores situados en
la franja del subdesarrollo, porque "la crisis no da oportunidades".
"Lo que hemos visto es que frente a la crisis los países
desarrollados han aumentado en 11% su producción, los países en
desarrollo, 2,8%", afirmó, al explicar que el alza de precios se
traduce en un aumento de la producción, pero sólo si hay capacidad
para ello.
Diuof se mostró, sin embargo, optimista al asegurar que "ya está
bajando" el número de personas que sufren hambre y que el Objetivo
del Milenio sobre hambre no es utópico.
"Lo importante es lo que hacen los gobiernos para alcanzar estos
objetivos, si hacen el contrario es utópico, si hacen lo que hay que
hacer es algo que se puede alcanzar", concluyó. EFE
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