Madrid, 29 nov (.).- El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, ha asegurado este lunes que la baja rentabilidad del sector financiero europeo, muy inferior a la de sus homólogos en otras zonas, puede convertir en insuficientes las provisiones hechas por las entidades.
De Guindos, que ha inaugurado el XII Encuentro del Sector Financiero de KPMG, ha alertado también sobre el exceso de endeudamiento tanto corporativo como público, que puede tener efectos negativos en el riesgo soberano.
La rentabilidad de la banca, ha indicado De Guindos, sigue siendo inferior a la de otras zonas, algo que se explica por razones "estructurales que limitan su rentabilidad, como la baja eficiencia, la escasa diversificación, los tipos de interés muy bajos o el exceso de capacidad".
En los meses más duros de la pandemia de coronavirus no ha habido una oleada de insolvencias corporativas, lo que ha permitido a los bancos liberar provisiones, pero la endémica baja rentabilidad puede provocar, a medio plazo, presiones en los márgenes.
En el lado positivo, De Guindos se ha referido a la retirada del veto sobre los dividendos, que mejora las expectativas del sector, cuya cotización "es cierto que llegó a caer un 40 %" pero se ha recuperado.
Desde un punto de vista más amplio, las medidas fiscales y prudenciales han sido "especialmente relevantes" durante la crisis, como prueba el hecho de que las insolvencias corporativas en 2020 han sido un 15 % más bajas que las de 2019.
Sin embargo, "el fuerte incremento del endeudamiento corporativo y la fragilidad de algunos sectores" representa un riesgo evidente para la sostenibilidad de algunos de los sectores más afectados por el parón económico fruto de la pandemia.
También los gobiernos han asumido un papel fundamental y efectivo, que tiene su reflejo en la ratio de endeudamiento público, que en líneas generales es del 100 %.
De ahí que "cualquier 'shock' que tenga lugar en el ámbito financiero puede llevar a un replanteamiento del riesgo soberano, sobre todo en países vulnerables", que tendrán que anunciar "planes creíbles de política fiscal".
Es importante, ha dicho De Guindos, que la retirada de las ayudas "sea gradual", y que sean cada vez más específicas y dirigidas a las empresas solventes.
La recuperación económica está ya en curso, es "clara y de aproximadamente el 5 %", cerca de volver a los niveles de renta precios a la crisis, gracias a que los dos primeros trimestres de este año "han sido fuertes como consecuencia del fin de las restricciones".
Es verdad, ha admitido De Guindos, que el cuarto trimestre "ha perdido un poquito de fuelle", por problemas de suministros, cuellos de botella, logísticos, costes de transportes y de la energía, pero "va a ser un buen año, y nuestras proyecciones son que la economía crezca con intensidad en 2022".
Lo más preocupante "es la inflación", actualmente en el 4,1 % -y la subyacente del 2,1 %-, algo que tiene una naturaleza "básicamente temporal" porque los factores son de naturaleza transitoria y desparecerán a medida que pase el tiempo.
No obstante, "hay que tener cautela, porque si se mantienen estos factores la caída de la inflación será más lenta", ha asegurado.