Ankara, 28 dic (.).- Decenas de miles de personas se congregaron este sábado en Ankara, convocados por sindicatos y partidos de la oposición, para rechazar el nuevo salario mínimo, equivalente a 604 euros, y exigir la dimisión del Gobierno.
El salario mensual mínimo para 2025, publicado el viernes en el boletín oficial del Estado tras semanas de tensas negociaciones, es de 22.104 liras (equivalente a 604 euros) neto.
Ello supone un aumento nominal del 30 % respecto al vigente en 2024, de 17.000 liras (465 euros), que sin embargo es muy inferior a la inflación, que tras moderarse levemente en los últimos meses se situó en noviembre pasado en el 47 % interanual.
Congregados en la plaza Tandogan, en el centro de Ankara, los sindicatos denunciaron la fuerte pérdida de poder adquisitivo de la población, que el aumento salarial decidido está lejos de compensar.
"En la mayor parte de Estambul, no se puede alquilar una modesta vivienda por un salario mínimo", dijo a EFE Onursal Adigüzel, alcalde del distrito de Atasehir en Estambul, que había acudido con centenares de manifestantes en varios autobuses a la capital.
"Si paga el alquiler, ¿qué puede comer la familia el resto del mes? Este salario está por debajo del umbral del hambre", se quejó Adigüzel.
Ilhan Cihaner, exfiscal y antiguo diputado, señaló en conversación con EFE que el salario mínimo es un concepto de enorme importancia en Turquía, porque es lo que cobra más de la mitad de los trabajadores del país.
"En Países Bajos, un 3 % de los empleados cobran el salario mínimo; la media de la Unión Europea (UE) es del 9 %, pero en Turquía, más del 50 % vive con este sueldo. Esto es una tragedia", aseguró Cihaner.
"Rechazamos este salario, 22.000 liras son un sueldo de miseria", dijo en un discurso público durante la protesta Özgür Özel, el dirigente del partido socialdemócrata CHP, el mayor de la oposición, entre gritos de "Gobierno, dimisión", un lema también presente en muchas pancartas.
Paralelamente, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, pronunció un discurso ante un congreso provincial de su partido, el islamista AKP, en la ciudad de Bursa, en el que justificó el bajo salario como necesario para evitar despidos.
"Nosotros solo fijamos el mínimo. Si los empresarios quieren pagar más, pueden hacerlo. No se lo impedimos. No queremos vivir una pérdida de empleo", dijo el mandatario que gobierna Turquía desde hace 22 años.
Erdogan subrayó los esfuerzos de su Ejecutivo para reducir la inflación y aseguró que "si no ocurre algo extraordinario en la región o en el mundo", el objetivo para 2025, del 21 % interanual, "se puede cumplir sin duda".
Frente al alto coste de la vida diaria, con precios comparables a los de España o incluso superiores, el presidente sugirió a la ciudadanía "boicotear los precios inflados", aduciendo que "los productos que no encuentran comprador no tienen valor".
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